viernes, 27 de febrero de 2009

LAS PUTAS DICEN: ESE ASQUEROSO NO ES NUESTRO HIJO

El lenguaje es el vestido del pensamiento (Samuel Johnson)

Hay gente que utiliza tan poco la cabeza que lo único que se le ocurre hacer cuando protesta contra alguien es llamarle hijo de puta, en lugar de utilizar palabras mucho más convincentes.

¡Hijo de puta!, decían con tono de cantinela las hordas que se manifestaban en contra de la guerra de Iraq hace unos años, blandiendo homófobas imágenes que pretendían ser graciosas, en las que Blair, Bush y Aznar se daban por culo.

¡Hijo de puta!, gritan ahora las multitudes alocadas en la puerta de la comisaría al ver salir al asesino de la adolescente Marta del Castillo, Miguel Carcaño.

En la campaña de las elecciones gallegas, que termina hoy, también se insultan en público. Porque a ellos, desde luego, les parece un insulto. Maricón, le llama uno al otro.

Y muchos gays, cuando sacan esa pluma que podría ser tan maravillosamente reivindicativa, de repente, sin comerlo ni beberlo, se empiezan a insultar en femenino, cuando antes habían estado utilizando el masculino: ay, qué perra eres, zorra, maricona

Si condenamos la violencia, si queremos que el lenguaje sea nuestra herramienta para concienciar, ¿cómo es que lo tratamos de una forma tan descuidada? Deberíamos demostrar que somos seres inteligentes y no multitudes descerebradas que se dedican a repetir como monos lo que dicen otros.

Si el lenguaje es un arma cargada de futuro, como diría Gabriel Celaya, que no sea sexista, que no sea vacuo, que sea productivo y verdaderamente reivindicativo.

Porque me gusta y me da la gana

Durante un tiempo quise hacerme monja. Luego me di cuenta de que lo que realmente quería ser era lesbiana (Mabel Maney)

Hace poco me tomé un café con una persona aterrorizada por su propio lesbianismo. Ella no se daba cuenta, pero resultaba verdaderamente triste. En cierto modo, me regañaba por ser tan explícita con mi sexualidad en este blog y por decir que tal escritora era lesbiana y tal actriz también. ¿Pero estás segura? ¿Cómo puedes saberlo? No hay pruebas. Su insistencia en silenciar la lesbianidad estaba disfrazada de tolerancia. Si a mí me parece muy bien que una mujer sea lesbiana –me aseguraba- pero es que no deberías ir por ahí desvelando ni tus intimidades ni mucho menos las de otras.

Esta chica que al parecer tiene un código moral tan elevado estuvo engañando a su novio con otra mujer durante dos años, hasta que decidió hacerse “heterosexual del todo” y dejar de “experimentar”.

No es la primera vez que me encuentro con mujeres –heterosexuales y lesbianas- que saltan en cuanto les dices que tal o cual famosa es lesbiana. Sí, ya, ¿cómo lo sabes? Es una cosa extraña, como si pensasen que me lo estoy inventando para validar mi propio lesbianismo, o algo así. Está claro que ayuda mucho cuando una mujer conocida, inteligente y exitosa sale del armario en público, pero vamos a ver, yo a estas alturas no necesito justificar mi rollo bollo poniendo ejemplos ni de la revista Cuore ni del Qué Leer. Creo que el problema lo tienen ellas que deben pensar que solo hay un tipo de lesbiana y que las que yo digo son demasiado guapas o demasiado famosas o demasiado intelectuales para quererse liar con otra mujer, yo qué sé. Y todo esto a veces ni ellas saben que lo piensan, pero sus ¿y tú cómo lo sabes? les salen del alma. Homofobia internalizada. Y además, qué diantres, si digo que alguien es lesbiana le estoy lanzando un piropazo como la copa de un pino. Ole.

¿Es que acaso mi lesbianismo es el centro de mi vida, puesto que tantas veces hablo de ello en este blog? Bueno, depende de cómo lo mires, pero en cierto modo sí. Está claro que soy una tipa normal y corriente, con una familia y unas amistades a las que cuido y que me cuidan, una pareja con la que vivo y a la que amo profundamente, un montón de hobbies y de sueños… vale, hasta ahí, como cualquier otra persona afortunada. Pero desde siempre he sido lesbiana, y cuando digo desde siempre no estoy exagerando, recuerdo enamorarme de niñas desde la guardería… y ello ha marcado todo lo que hago, lo mismo que a otras personas les han marcado otras cosas.

He tenido que buscar mis propios referentes fuera de lo que todo el mundo consumía… De niña nadie me explicó que existía la posibilidad de amar a mujeres, con lo cual nunca entendí del todo qué significaban mis fantasías. En la adolescencia ninguna serie de televisión, ninguna canción, ninguna revista… nada hablaba de (por aquél entonces no había ningún nosotras, no sabía que había más chicas como yo). El colegio donde estudié BUP y COU resultó ser un verdadero infierno (algún día os contaré más detalladamente esa historia). En la universidad todo empezó a ir un poco mejor, con los primeros amores correspondidos y los primeros encuentros con la militancia feminista y con un mundo que yo no sabía que existía. Para mucha gente soy “mi amiga lesbiana”, tengo familiares (menos mal que no los más directos) que nunca me preguntan por mi pareja, con la que vivo, con la que me voy a casar y con la que quiero tener hijos. Es como si yo fuera una soltera permanente, cosa que no estaría mal si fuera cierto, pero es que tengo una novia a la que no quiero invisibilizar. Silencio, silencio, silencio. Heteros, heteros, heteros…

Por eso, claro que sí, no lo niego, me encantan las contadas ocasiones en que, para variar, solo salgo con un grupo de amigas exclusivamente lesbianas, aunque no hablemos de ligues ni de nada por el estilo (o sí). Porque aunque no defino a la gente por su sexualidad resulta un alivio, una bocanada de aire puro, estar con mujeres que de algún modo son de tu mismo planeta y han pasado por experiencias similares a las tuyas.

Y este blog, pues claro, es mi pequeña aportación a la visibilidad. Y además de decir lo que me da la real gana, me materializo en fotos y doy la cara y la palabra, que son todo lo que tengo, porque quiero poner mi pequeño granito de arena a la visibilidad y porque estoy superorgullosa de ser lesbiana, de haber sobrevivido a todo lo que he sobrevivido, de practicar el noble arte de las mujeres que aman a mujeres y de formar parte de una estirpe de damas ilustres cuyos nombres voy a seguir diciendo aunque te parezca que para estar segura de que son sáficas deba presentar una foto de ellas haciendo un cunnilingus, chica. Y es que además yo no tengo nada que esconder y sí mucho, pero que mucho, que mostrar al mundo.

¡Qué ganas tengo de comerme el mundo!

miércoles, 25 de febrero de 2009

Mi biblioteca

Fue cuando obtuve mi carnet de biblioteca que empezó mi vida (Rita Mae Brown)

Mi biblioteca es modesta para osar llamarse con ese nombre tan grandioso, biblioteca, pero llevo creándola desde la primera vez que tuve un libro, casi antes de poseer nada más, y me siento muy orgullosa. Mis libros son mi posesión más valiosa, mi inversión más sabia, mi único amor material. Mis libros son el lastre y la preocupación de cada una de mis mudanzas, pero solo traen alegrías. Son un bien que comparto con cualquiera que desee leerlos, un bien que guardo para mis hijas e hijos, unos volúmenes que solo me pertenecen durante mi experiencia humana pero que luego serán de otra persona, y de otra, y de otra. De primera mano, de segunda, con notas de otros lectores o mías, con marcapáginas…

No recuerdo un solo momento de mi existencia, triste o alegre, en el que no haya habido un libro entre mis manos, en mi mesilla de noche o en mi bolso. Cada uno de ellos con su peculiar tacto y olor, con su propia personalidad.

Creo que la razón por la que amo tanto la vida reside precisamente en todo lo que he leído acerca de ella en los libros, las infinitas posibilidades de ser y de estar que estos me han abierto, la cantidad de interpretaciones de la humanidad que me han ido brindando.

Un pedazo del universo está en mi pequeña biblioteca. Si los coches de Madrid callasen durante un momento se podría escuchar, por ejemplo, la voz cascada de Gloria Fuertes recitando, a Jane Eyre tomando un carruaje o a Henry James dando otra vuelta de tuerca a sus historias. Poseo un pedazo de universo, un bien no inmueble pero inmune a la crisis, millones de páginas repletas de palabras capaces de provocar emociones y de dar abrazos invisibles a quienes las leen.




Libros sobre amantes de los libros que recomiendo encarecidamente: 84 Charing Cross Road de Helene Hanff, Matilda de Roald Dahl, Misterio, emoción y riesgo de Fernando Savater, Leer Lolita en Teherán de Azar Nafisi, El cuento número trece de Diane Setterfield y Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith.

viernes, 20 de febrero de 2009

Oscars, glamour, diamantes

El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad (Beethoven)

            Por favor, Penélope, por favor, Kate. Ambas lleváis diamantes de la firma Graff, que tiene el 9% de las acciones de Gem Diamonds. No debéis hacerlo, tenéis que dar ejemplo y es vuestra obligación moral no lucir esas joyas sangrientas y hacer promoción de ellas en la gala de los Oscars, delante de millones de telespectadores. Ya os han escrito, al igual que a otras asiduas de Graff como Victoria Beckham, Naomi Campbell o Liz Hurley, desde la ONG Survival International, para explicaros los motivos. Os los vuelvo a repetir desde La Letra Escarlata.

            Los bosquimanos son un pueblo indígena de Botsuana, Namibia, Sudáfrica y Angola que dependen de la caza en sus tierras ancestrales. Desde que se descubrió, en los años ochenta, que había diamantes en las zonas que habitan desde hace siglos, han sido expulsados, sus escuelas y sus centros de salud cerrados, sus suministros de agua destruidos y ellos reasentados en terribles reservas –casi campos de concentración- donde les prohíben cazar, les maltratan, mueren de sed y dependen de las miserables limosnas de un gobierno que les ha empujado al alcoholismo, la depresión, la tuberculosis y el SIDA.

            Gem Diamonds, y aquí llegamos al tema que nos atañe, tan poco glamuroso para los Oscars, lo siento Pe, lo siento Winslet, va a abrir una mina de diamantes en las tierras de los bosquimanos de Kalahari, en Botsuana. La firma Graff, por tanto, al tener acciones en Gem Diamonds, está directamente implicada en la destrucción de los bosquimanos.

            Por tanto, queridas actrices, sed buenas personas y dejad de consumir diamantes de Graff. Aportad vuestro granito de arena a un mundo mejor, porque las personas tan famosas y con tanta voz en los medios de comunicación sois las que más poder tenéis para ser escuchadas.

            Vuestra belleza no durará para siempre. Vuestro dinero no os traerá la felicidad, por mucho que se le de bien imitarla. Vuestra fama no es lo que hace que vuestros seres queridos os quieran. Nada de eso importa en realidad. A la larga, los Oscars que ganéis no importarán tanto como la sonrisa, como la vida de unos seres humanos denigrados por el gobierno de su país, por el capitalismo asesino y por las personas que lucen diamantes de sangre.

            Ah, y suerte a las dos.


Niños bosquimanos

jueves, 19 de febrero de 2009

Violencia machista, caso II: SERGI XAVIER MARTÍN MARTÍNEZ

El racismo se construyó a partir de una realidad también económica, política y culturalmente milenaria, el sexismo, en la cual los poderes y los recursos se encontraban en manos de los hombres, siendo las mujeres prácticamente propiedad de los hombres. El racismo, reafirma el sexismo e incorpora en su seno las diferencias sexuales y la superioridad de los hombres sobre las mujeres como una característica inherente y constitutiva de esa ideología. Del mismo modo el sexismo incorpora a la diferenciación racial como una categoría de estratificación, creando una pirámide que no solo está marcada por la diferenciación sexual sino también por la distinción racial, que reafirma, como se planteó anteriormente a lo blanco como prototipo de lo humano en contraposición de lo negro relacionado siempre con lo no humano o lo menos humano.
Desde esta perspectiva, es imposible en la actualidad comprender el racismo de manera aislada al sexismo. Del mismo modo, no se pueden aislar las consecuencias sociales y culturales del racismo de las consecuencias de la estructura racista sobre las condiciones particulares de las mujeres […] (Epsy Campbell Barr. Texto completo aquí)
Si en el post anterior escribía sobre mobbing y violencia machista, en este me gustaría hacerlo sobre xenofobia y violencia machista.
            El sujeto que quiero poner de ejemplo en esta entrada es ni más ni menos que el violento joven del tren de Barcelona, ese paleto macarra llamado Sergi Xavier Martín Martínez. Tristemente famoso por su brutal agresión a una adolescente ecuatoriana de tan solo dieciséis años en octubre de 2007, el tipo de veintiún años vuelve hoy a la actualidad porque empieza el juicio contra él. Él, que se mostraba tan envalentonado en ese vagón de Sant Boi de Llobregat, hablando por el móvil con un colega y diciéndole que estaba delante de una “inmigrante de mierda”, según testimonios recogidos posteriormente, hoy se presenta acojonado ante el juez, diciendo con el rabo entre las piernas que “me doy asco a mí mismo, ese día no era yo” y que “nadie merece lo que le hice a esa chica”.
            ¿De verdad estás tan arrepentido, Sergi Xavier Martín Martínez? Entonces explícanos por qué ni tú ni tus amigos habéis parado de acosar a la adolescente ecuatoriana desde que te denunció. La pobre chica ha tenido que cambiar de look por completo, se ha mudado a otro piso por miedo, se ha cambiado de instituto, su madre también se ha teñido el pelo para no ser reconocida y poner en peligro a su hija… la adolescente agredida está traumatizada y su madre cuenta que ya no es la misma, que tiene ataques de pánico y se muestra decaída. Está recibiendo tratamiento psicológico. Bienvenida a España, la tierra del sol y la sangría. Ah, pero que no eres un europeo blanquito y forrado, entonces toma patada. Y todo, qué injusto, por un menda como tú que no le llega ni a la suela de los zapatos.
            Sus excusas, bastante difíciles de probar, de que iba bebido y drogado (su víctima dice que no parecía borracho ni colocado), no le eximen de su responsabilidad. Vamos a ver, si yo me pillo la cogorza del siglo o me tomo un éxtasis os aseguro que no me pongo a insultar ni a pegar a nadie. Ni yo ni muchos hombres ni mujeres que conozco. Así que espero que eso no se tenga en cuenta en el juicio.
            Antes de seguir, quisiera que volviésemos a ver el vídeo, aunque sea bastante desagradable:

            Bien, pues como podéis comprobar, aunque no lo oigamos, se ve cómo Sergi Xavier Martín Martínez insulta a la niña, porque es casi una niña, y luego la golpea y le asesta una buena patada. Imaginaos el pavor de ella, que viaja sola y que se da cuenta (es escalofriante) de que nadie está dispuesto a ayudarla. Es bastante difícil ponerse en su pellejo porque tuvo que ser una situación terrorífica.
            Así pues, en los medios se habla de racismo al igual que en el caso sobre el cual escribí ayer se hablaba sobre todo de acoso laboral. Pero, ¿y qué pasa con la violencia de género, que siempre queda oculta?
            No dudo de que Sergi Xavier Martín Martínez odie por igual a los hombres ecuatorianos o de cualquier otro lado que no sea su minimundo ignorante y podrido, pero, ¿se atrevería a hacerle lo mismo a un marroquí, a un camerunés, a un colombiano? Lo dudo. Pese a su estética skin, desde luego no es uno de esos tochos neonazis que parecen armarios empotrados. Así que puede haber presumido todo lo que quiera de haber "pegado a un moro" (eso iba diciendo por el móvil también), que no se lo cree nadie.
            La clave está en el vídeo que acabamos de ver. En él, Sergi Xavier Martín Martínez le toca UNA TETA a la víctima. Bueno, más que tocar, se la retuerce. Eso tuvo que doler y mucho. He ahí, pues, la respuesta a la pregunta: ¿estamos ante violencia de género? Claro que sí, estamos ante una agresión racista y machista. No lo olvidemos, pese a que los medios de comunicación solo hablen de racismo.
            No pretendo victimizar a las mujeres haciendo de todo una agresión machista, solo quiero poner palabras a los silencios y crear conciencia de que uno de los problemas más devastadores y contra los que todo gobierno debería luchar como tema prioritario es el terrorismo de género.
            Las mujeres no deseamos que los gobiernos sean nuestros papás que vienen a salvarnos de los malos, de hecho, siempre hemos sido nosotras solas las que hemos tenido que hacernos cargo del machismo al haber sido ignoradas por el poder, así que está claro que nos valemos por nosotras mismas. En lo que creo que estaremos todas de acuerdo es en que la hipocresía que impera entre la clase política es vomitiva. Tanto hablar de crisis, de terrorismo y de otros asuntos y luego ignoran lo verdaderamente importante, que es que la mitad de la población de este planeta se ve discriminada y agredida en aspectos tanto físicos como psicológicos o laborales, llegando en los casos más extremos (que no por ello infrecuentes, como todo el mundo sabe) a morir, solo por el hecho de ser mujeres.


Sergi Xavier Martín Martínez, el machote ario

miércoles, 18 de febrero de 2009

Violencia machista, caso I: ISMAEL ÁLVAREZ

Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla (Stanislaw J. Lec)
Empiezo con este post una serie de casos de violencia de género que me gustaría plasmar en el blog para que nunca caigan en el olvido y sobre todo para que los nombres de los agresores se vean bien grandes.

A mucha gente aún le suena el “caso Nevenka”, que conmocionó a España en 2001 y que el periodista y escritor Juan José Millás relató de forma magistral en su libro Hay algo que no es como me dicen (Aguilar, Madrid, 2004).
Para poner en antecedentes a quien no sepa de lo que hablo, Nevenka Fernández era la concejala de Hacienda y Comercio del ayuntamiento de Ponferrada. En marzo de 2001 denunció al alcalde de esta localidad, Ismael Álvarez, por acoso (todos los terribles detalles de la denuncia se encuentran en el citado estudio de Millás). Pese a todos los indicios de culpabilidad, el PP, su partido, apoyó en todo momento al alcalde, así como mucha otra gente, humillando en los medios públicos a la joven concejala, quien dijo en un comunicado, devastada pero con la cabeza bien alta: Tengo 26 años… y dignidad. Escribe Millás:
[Nevenka] Había sido víctima de su propia cultura, una cultura machista, misógina, brutal en muchos aspectos. De hecho, cuando Ismael Álvarez perdió el juicio y se vio obligado a dimitir, Ana Botella, una de las mujeres más influyentes del Partido Popular, había alabado la actitud “impecable” del acosador sin tener una sola palabra de solidaridad hacia la víctima.
Nevenka, pues, había sido “uno de ellos” hasta que “ellos” empezaron a producirle horror (y ya veremos el tamaño de ese horror). A lo largo de ese proceso de extrañamiento se convirtió en un monstruo para los suyos, pero también para sí misma, pues no había contado con una cultura de recambio que la acogiera para curarle las heridas. En cierto modo al denunciar el caso, había renunciado a su identidad sin tener otra de repuesto.

A Nevenka se la culpabilizó desde el primer momento. Sirva el ejemplo del fiscal José Luis García Ancos, quien llegó a preguntarle en el juicio: ¿Por qué usted, que no es una empleada de Hipercor que le tocan el trasero y que tiene que aguantar por el pan de sus hijos, por qué usted aguantó? ¿Cuántas veces habremos oído semejante acusación, ese ¿y tú por qué no hiciste nada? que se le dice a las víctimas? Víctimas a quienes lo primero que se les hace es paralizarlas, aniquilar su identidad y su voluntad para poder después machacarlas y vejarlas. Este tipo de críticas del estilo de no se puede ir con esas minifaldas o si no estuviera tan buena, están a la orden del día…
Según Wikipedia, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León consideró probadas las acusaciones de Nevenka Fernández a Ismael Álvarez, condenando a este a una multa de nueve meses a razón de 24 euros por cada día (es decir, 6480 euros), a una indemnización de 12.000 euros, a un año de prisión (que no cumplió por carecer de antecedentes), así como a la inhabilitación para ocupar cargos públicos. Una sentencia bastante light, creo yo, para un agresor machista.
Porque claro, el “caso Nevenka” se vio como paradigma de lo que se conoce como mobbing (acoso laboral), y es cierto que hubo mobbing, pero también existió violencia de género, mucha, y hasta que no llamemos a las cosas por su nombre, no podremos luchar contra ellas.
Y luego está lo de llamar a este caso, el “caso Nevenka”. ¿Por qué no el “caso Ismael Álvarez”? Así, mucha gente recuerda el nombre de la víctima, pero no el del agresor, con lo cual este puede seguir presentándose ante el mundo con la plena consciencia de que todo se olvidará y podrá seguir su vida sin que le reconozcan en cada esquina, lo contrario que le sucederá a su víctima… A partir de ahora llamémosle el “caso Ismael Álvarez”, ¿os parece?


Ismael Álvarez, para que le saludéis si os lo encontráis por ahí

lunes, 16 de febrero de 2009

Marta del Castillo. In Memoriam

Marta somos todas.

¿Qué puede haber más terrible en esta vida que estar en casa esperando a que te digan que ya han encontrado el cuerpo vejado y muerto de tu hija de diecisiete años, descompuesto por la acción del agua de un río opaco, enganchado entre plantas y basura, asesinado cruelmente a cenicerazo limpio por un repugnante machista?

Ay, no, pero de qué hablo, con la de asuntos importantes que hay que tratar para qué me pongo yo a escribir sobre la tontería esta de la violencia de género.


domingo, 15 de febrero de 2009

Poemas (3): Amy Lowell

Donde reina el amor, sobran las leyes (Platón).
¿Qué tal pasasteis el día de Santa Valentina? Nosotras salimos a cenar con otra pareja, nuestras queridas amigas Es y Bb. Con Es milité hace muchos años, cuando ambas éramos universitarias y pertenecíamos a un colectivo feminista… Qué tiempos aquellos… Bb es su maravillosa mujer, y ahora también nuestra amiga. Por cierto que es una de las dueñas del café-bar Alqamaru, un local celestial en el madrileño barrio de Malasaña donde puedes tomarte algo (algo delicioso) y disfrutar de un lugar cómodo y que se nota que lo llevan con mucho cariño. En fin, ya sabéis que yo en mi blog no hago propaganda, así que si os lo cuento es porque merece la pena que lo conozcáis.
Pues eso, que estuvimos cenando con ellas en un restaurante de inspiración africana de Chueca, el Kim bu mbú, y luego disfrutamos de una actuación de Elvira Durango, así que, como veis, nuestra noche no estuvo nada mal.
***

Siguiendo con mi serie de poemas románticos y adecuados para estas fechas, hoy quería daros a conocer, si es que no habéis escuchado nunca hablar de ella, a la poeta estadounidense Amy Lowell (1874-1925), de la escuela imaginista (es decir, la que buscaba poder expresar las imágenes con el lenguaje más claro y preciso que fuera posible) a la que también pertenecieron, entre otras figuras literarias, H. D. y Ezra Pound (con quien Lowell se peleó bastante porque a Pound, en resumidas cuentas, le fastidiaba que no se sometiera a sus estrictas reglas imaginistas).
Amy Lowell pertenecía a una familia muy rica de Massachussets, pero no le fue permitido estudiar en la universidad por el hecho de ser mujer. Intentó compensar su falta de educación leyendo ansiosamente todo lo que pasaba por sus manos y convirtiéndose en una obsesiva coleccionista de libros (hermana, no sabes cómo te comprendo). Dado que tenía dinero, también pudo viajar todo lo que quiso por el mundo. Fue abiertamente lesbiana, con conocidas amantes como la poeta y dramaturga Mercedes de Acosta o la actriz mormona Ada Dwyer Russell, su compañera hasta el final de sus días, cuando murió a causa de una hemorragia cerebral con tan solo 51 años.
Recibió el premio Pulitzer de forma póstuma, un año después de su muerte. Desde entonces y hasta los años setenta, momento en que fue rescatada por el movimiento feminista, el mundo la relegó al olvido.
Sus poemas más celebrados son tanto los de temática antibelicista como los de amor lésbico, de entre los cuales rescato este Intermedio traducido por Marta Porpetta (El jardín de Sevenels, ediciones Torremozas, Madrid):
INTERMEDIO
Cuando haya horneado blancos pasteles
y rallado almendras verdes para cubrirlos;
cuando haya quitado los verdes rabitos de las fresas
y las haya apilado en una fuente azul y amarilla,
cuando haya alisado las arrugas de la mantelería
en la que he estado trabajando…
¿entonces, qué?
Mañana será lo mismo:
pasteles y fresas,
y agujas dentro y fuera de la tela.
Si el sol es hermoso sobre los azulejos y los estaños,
cuánto más hermosa es la luna,
reclinándose en las rizadas ramas del ciruelo;
la luna,
ondulando en un lecho de tulipanes;
la luna
inmóvil,
sobre tu rostro.
Tú brillas, Amada,
tú la luna.
¿Pero cuál es el reflejo?
El reloj está dando las once.
Pienso que cuando cerremos la puerta,
oscura será la noche
afuera.

jueves, 12 de febrero de 2009

Poemas (2): Sor Juana Inés de la Cruz

Las pulseras de metal suenan si son dos. (Proverbio africano)

            Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1651-1695) fue una monja lesbiana como ha habido tantas, pero sobre todo fue la escritora más fértil e importante del Barroco novohispano (es decir, el imperio establecido por la corona española durante su dominio americano). Tanto es así que la llamaban el Fénix de América y la Décima Musa.
            Gracias a la biblioteca de su abuelo, quien le enseñó a leer a la edad de tres años, devoró a los clásicos y amó la literatura desde niña. Aprendió latín escuchando a escondidas las clases particulares que recibía su hermana. De joven estuvo en la corte virreinal, siendo dama de la marquesa de Mancera.
            Tuvo deseos de ir a la universidad y pensó en disfrazarse de hombre para ello, pero al final decidió que lo mejor que podía hacer una mujer que no deseaba casarse y quería estudiar y escribir era meterse a monja, por lo que ingresó en la orden de las Jerónimas. Esta le pareció menos estricta que la de las Carmelitas, y pudo vivir y crear de forma relajada. Además de escribir versos religiosos y no religiosos, villancicos, autos y comedias, fue la administradora del convento e incluso se atrevió a realizar algunos experimentos científicos.
            Su confesor, Antonio Núñez de Miranda, le reprochaba que escribiese, pues le decía que esa actividad era propia de un hombre y no de una mujer. Tan rabioso estaba de la fama de la autora y del contacto que tenía con figuras importantes, que Sor Juana Inés se vio obligada a prescindir de sus servicios, apoyada por la entonces virreina, la marquesa de la Laguna, con quien se dice que mantenía una relación amorosa.
            Otro hombre con quien tuvo problemas fue con el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, quien escribió bajo el pseudónimo de Sor Filotea una encendida crítica contra la escritora, en la que le recomendaba dejar la literatura y la reflexión teológica a los hombres y dedicarse a la vida monástica. En su “Respuesta a Sor Filotea”, sor Juana Inés compuso una apasionada defensa de la labor intelectual de las mujeres.
            Eran tiempos de la Inquisición, y Sor Juana Inés no tardó en verse forzada a deshacerse de su biblioteca y de sus instrumentos musicales y científicos.
            De la edición de Georgina Sabat de Rivers (Castalia, Madrid, 1982), tomo el siguiente y hermoso poema. Que lo disfrutéis.
¿Puedo yo dejar de amarte 
si tan divina te advierto? 
¿Hay causa sin producir? 
¿Hay potencia sin objeto? 

 Pues siendo tú el más hermoso, 
grande, soberano exceso 
que ha visto en círculos tantos 
el verde torno del tiempo, 

 
¿para qué mi amor te vio? 
¿Por qué mi fe te encarezco, 
cuando es cada prenda tuya 
firma de mi cautiverio? 

Vuelve a ti misma los ojos 
y hallarás, en ti y en ellos, 
no sólo el amor posible, 
mas preciso el rendimiento, 

entre tanto que el cuidado,
en contemplarte suspenso, 
que vivo asegura sólo 
en fe de que por ti muero.

Poemas (1): Safo

El amor es semejante a un árbol: se inclina por su propio peso, arraiga profundamente en todo nuestro ser y a veces sigue verdeciendo en las ruinas de un corazón. (Víctor Hugo)
San Valentín, día de las enamoradas y de los enamorados. Una fiesta comercial… para quienes quieran que lo sea. Para mí es una excusa como otra cualquiera para regocijarme con la lectura de unos cuantos poemas románticos y, como no, dejarle a mi amada notitas de amor por toda la casa. Tengáis amor o no en vuestras vidas en estos momentos, os invito a pasaros estos días por mi blog para disfrutar de unos cuantos versos escarlatas y conocer a quien los escribe.

No podía sino empezar la colección con la famosa griega del siglo VII a. C., Safo. De ella sabemos menos de lo que quisiéramos. La isla donde vivía se llama Lesbos, de ahí el nombre de lesbianas y de ahí la reciente polémica provocada por algunos intolerantes de ese lugar, que querían que se nos dejase de llamar así para no identificarnos con ellos (por supuesto, batalla perdida de antemano). Safo estuvo casada y tuvo una hija, pero a la muerte de su marido creó una residencia para mujeres jóvenes llamada el hogar de las Musas. Fue allí donde tuvieron lugar todas sus relaciones amorosas con mujeres, cuyos nombres aparecen en su lírica erótico-sentimental: Anactoria, Timade, Atis, Manasidica, Dorica…
Su obra fue estimadísima durante toda la Antigüedad. Lamentablemente, hoy día solo conservamos fragmentos.
Como muestra un botón (traducción de Juan Ferraté, Líricos griegos arcaicos. Seix Barral, Barcelona, 1967):

Me parece el igual de un dios, el hombre
         que frente a ti se sienta, y tan de cerca
      te escucha absorto hablarte con dulzura
      y reírte con amor.

      Eso, no miento, no, me sobresalta
      dentro del pecho el corazón; pues
      te miro un solo instante, ya no puedo
      decir ni una palabra,

       la lengua se me hiela, y un sutil
      fuego no tarda en recorrer mi piel,
      mis ojos no ven nada, y el oído
      me zumba, y un sudor

          frío me cubre, y un temblor me agita
      todo el cuerpo, y estoy, más que la hierba,
      pálida, y siento que me falta poco
      para quedarme muerta.