sábado, 20 de septiembre de 2008

Mi lista de ilegales


Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga (Victor Hugo)

Me indigna mucho, pero mucho mucho, que a los inmigrantes que no tienen papeles les llamen ilegales o sinpapeles. Por ejemplo: cuatro ilegales fueron detenidos... no como adjetivo, sino como sustantivo. Es decir, que su situación legal en un país les define como persona, son toda su persona. Da igual que sean músicos, padres o alérgicos a la cebolla. No son hombres ni mujeres, son ilegales.
En cambio, otras personas que sí que son delincuentes a mi parecer, que sí que fomentan el odio y sin duda en el caso de los españoles rozan -cuando no se meten de lleno en ella- la ilegalidad al negarse a cumplir leyes, a esos malnacidos nadie les llama ilegales. El ilegal ese que ha salido de concejal, la ilegal que se ha negado a casar a una pareja de gays... Pues para mí esos son los que verdaderamente están quitando el trabajo a otra gente que lo haría mucho mejor que ellos, sin convertir este mundo un lugar peor como hacen ellos.

Aquí van unos cuantos ejemplos de HOMÓFOBOS Y HOMÓFOBAS QUE DEBERÍAN DESAPARECER DE LA VIDA PÚBLICA, por no decir otras cosas que se me ocurren:
  • Agentes municipales de Linares (Jaén) que acosaron tanto a los dueños del bar gay Amanecer que estos tuvieron que cerrar el negocio y cambiarlo de ubicación. (Noticia aquí)
  • Antonio Algora, obispo de Ciudad Real que expulsó a la lesbiana María Rey de una hermandad al enterarse de sus tendencias sexuales. (Noticia aquí)
  • Arabia Saudí y su policía de la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, que realiza constantes redadas antigays donde encarcelan y torturan a decenas de personas.
  • Directivos de la cadena COPE: Obispos y demás mandamases de la tristemente famosa emisora de radio donde, por supuesto, hay trabajadores que no tienen nada que ver con ellos ni comulgan con la discriminación que fomentan, pero donde otros, como Cristina López Schlichting lanzan verdaderas arengas de odio. Esta mujer, además, leyó el manifiesto de la manifestación homófoba del Foro de la Familia cuyo lema fue"La familia sí que importa" en el verano de 2005. Que a nadie se le olvide. Por otra parte, la Cadena COPE despidió a la periodista Isabel Quintairos por ser lesbiana.
  • Editorial Casals: Que para este curso ha sacado manuales de Educación para la Ciudadanía ultrarreligiosos, antiabortistas y homófobos. Si queréis leer algunas de sus perlitas, haced clic aquí.
  • Hazte Oír: Lobby religioso de extrema derecha. Qué deciros salvo que echéis un vistazo a su página web.
  • Heineken: Marca de cerveza que atendió a las exigencias de Hazte Oír para retirar su publicidad de los programas de la Sexta Televisión por ser esta crítica con la iglesia católica y estar a favor de los derechos de los homosexuales. Asímismo, retiraron su publicidad Fujitsu, Seguros Ocaso y El Corte Inglés, por lo que ya sabemos donde no tenemos que dejarnos el dinero. Los estadounidenses Heinz, famosos por su ketchup, también retiraron de las televisiones británicas su anuncio de dos hombres besándose y pidió discursas por haber ofendido a la gente... ¡cobardes! (Podéis ver dicho anuncio aquí)
  • Iris Robinson, parlamentaria y mujer del primer ministro de Irlanda, Peter Robinson, que dice públicamente que la homosexualidad es una abominación que le produce náuseas y que los gays son como los asesinos y como ellos, pueden redimirse a través de la palabra de dios (lo prometo, ¡mirad aquí!).
  • John McCain y Sarah Palin, candidatos republicanos a la presidencia y vicepresidencia de la Casa Blanca, completamente en contra de equiparar los derechos homosexuales a los heterosexuales.
  • La Favorita, restaurante madrileño donde mientras comes se canta ópera y que se negaron a celebrar una boda gay. (Noticia aquí)
  • La iglesia católica: Por fomentar la homofobia (entre una larga lista de odios que fomentan).
  • Laura Alabau, magistrada de Denia, que se niega a cumplir la ley y casar a homosexuales. (Noticia aquí)
  • Ministerio de Transporte de Italia, que le negó el carnet de condicir a Danilo Giuffrida por ser gay. Giuffrida llevó el asunto a juicio y le han indemnizado con 100.000€. (Noticia aquí)
  • Nicolás Parrondo, dueño de la asturiana Casa Parrondo en el centro de Madrid, que insultó y echó a unas lesbianas que fueron allí a tomarse unas cañas. (Noticia aquí)
  • Partido Popular, que votó en contra de la ley de matrimonios homosexuales.
  • Régimen comunista de Cuba, que prohibió la marcha gay que se iba a celebrar en La Habana, convocada por la Comisión Cubana de Derechos Humanos.
  • Yuri Luzhkov, alcalde de Moscú que ha prohibido la celebración del Orgullo Gay y tiene fijación con los gays, contra quienes siempre se le ocurre algo para amargarles la vida.
Esta es una simple muestra, otro día aumento la lista, que siempre es bueno saber a dónde va destinado el dinero cuando compramos o viajamos.
Feliz fin de semana completamente libre de odio.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La playa me pone (romántica)

Amo como ama el amor. no conozco otra razón para amar que amarte. ¿qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo? (Fernando Pessoa)

Hoy pensaba mientras me abrazabas por detrás, que en el amor no existen los lugares comunes. Allí estábamos y yo representando una escena que debe de haber salido en todas las telenovelas y sin embargo yo sentía que nadie podía haber vivido nunca antes la sensación que estaba teniendo. Mirábamos en silencio la luna desproporcionada que le había salido al faro. El conjunto era bonito y siniestro al mismo tiempo, como si se tratase del típico cuadro que cuelga de la pared de un apartamento de playa, un cuadro en el que de pronto se hubiese hecho de noche. Nos decíamos tequieros que sonaban a pan recién salido del horno y disfrutábamos de la soledad en que sume septiembre a los pueblos costeros. Se me antoja que el calificativo de cursi lo inventó alguien que sufría de desamor, porque cuando una está enamorada de verdad encuentra, en el rincón de su persona donde se acumula la valentía, las agallas para ponerse verdaderamente romántica. Gracias, vida. Gracias por mi amora, ese milagro cotidiano que me quiere y que me cuida. ¿Qué habré hecho yo para merecer esto?

Patria de mi niñez


¿Por qué nos gusta el mar? Es porque tiene una poderosa capacidad para hacernos pensar cosas que nos gusta pensar. (Robert Henri)

Tengo la suerte de huir a un pequeño pueblo mediterráneo cuando se me antoja, al contar mi familia con una casa allí de toda la vida. Los rincones de estos muros curtidos por la sal del mar me han visto pasar incontables y eternos veranos infantiles, de esos que luego ya nunca vuelves a vivir, desde junio hasta septiembre, cuando se te olvida por completo el colegio y la vida invernal. También me han acogido durante múltiples semanas santas, navidades, puentes y fiestas de guardar. Desde mi habitación escuchaba el clon-clon de los barcos del puerto mientras devoraba (otra vez) los libros de Los cinco de Enid Blyton y soñaba con ser como Jorge (no la llaméis Jorgina jamás si queréis gozar de su amistad) y tener una isla y un perro como los suyos (con el padre gruñón ya contaba). En fin, que esta villa de pescadores apenas contaminada por el turismo que asola las playas que están a la vuelta de la esquina aguarda, como si se tratase de una realidad paralela, a que yo aparezca y me sacuda Madrid de encima para impregnarme con sus olores, su arena de playa y la brisa que me abraza la cara cuando recorro las callejuelas con mi bicicleta.
Ahora he venido con un cargamento de trabajo para mis mañanas y de novelas para mis tardes. Todos los días veo un amanecer anaranjado sobre el mar mientras me tomo el primer café y enciendo el ordenador. Qué suerte tengo, me digo. No hay ni un ruido, qué distinto al tráfico y las colas en el metro que a esas horas se forman en mi querida y sufridora ciudad.
Aquí no hay nada que hacer y sin embargo me encuentro siempre mucho más activa que cuando estoy en Madrid, con muchas más ganas de escribir, pasear y sortear las rocas de las calas. Se trata de un dinamismo que poco tiene que ver con los quehaceres estresantes de mi cotidianidad en la capital.
En estas madrugadas en las que me voy quitando el sueño mientras escucho las olas, observo a un grupo de niños que aguardan la ruta escolar delante de la playa. No conocen las cantinelas mañaneras de los cláxones, no conocen tantas cosas que los críos de mi ciudad experimentan cada jornada. Es entonces cuando me planteo una mudanza permanente a esta patria de mi infancia y quién sabe, quizás algún día, porque esto, qué queréis que os diga, esto es vida.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Palin & cia


He pensado en proponer lo siguiente a mis amigos republicanos: que si dejan de contar mentiras sobre nosotros, nosotros dejaremos de contar verdades sobre ellos (Adlai Stevenson)

La campaña electoral estadounidense me da envidia. Me dan envidia los apasionados debates, el interés con que la gente sigue cada una de las novedades de los frentes abiertos, las polémicas, las convenciones, las chapitas, los caucus, todo. En España -en general, siempre hay excepciones- la política es mediocre, rancia, está compuesta de seres malhumorados y carentes de ideas. Resulta curioso que, en Estados Unidos, luego haya una participación bastante escasa a la hora de depositar el voto en la urna, pero eso forma parte de algo que podemos llamar el código genético yanqui, algo que a quienes vivimos en la Vieja Europa nos resulta difícil comprender: allí (otra vez, en general) se vota en tu pueblo, lo que te interesa es lo que pasa en tu pueblo, en las asambleas en las que participa quien quiera y donde entre todos se decide si se pone un tíovivo en el parque o si la nueva tienda de cómics incumple tal o cual normativa. Esto que yo llamo código genético no es ninguna tontería, porque tiene mucho que ver con las críticas que (al menos en España) siempre estamos dirigiendo contra los norteamericanos. Por ejemplo, nos resulta ridículo que pongan una bandera en la puerta de su casa así como ciertas costumbres que proceden de la religiosidad, sin plantearnos que estamos analizando Estados Unidos mediante nuestras propias convenciones culturales en lugar de abrir nuestra mente y pensar que las personas que allí han nacido y crecido no tienen dichas convenciones. En resumen, en España (una vez más, en general) se es mucho más inflexible cuando se mira hacia Estados Unidos que cuando posamos la vista sobre otras naciones ante las cuales sí que somos capaces de alterar nuestra percepción.

Como todo, como por ejemplo la saña en contra de los anglicismos en el lenguaje (cuando todas las lenguas adoptan palabras de otros idiomas, ya que están vivas y son cambiantes) o el tópico de que en Estados Unidos no hay gastronomía, son cuestiones políticas. Ni lingüísticas, ni alimenticias, ni objetivas. Simplemente políticas.

Aquí nos reímos de Sarah Palin. Jajaja, menuda colgada, es creacionista, qué locura.. Pero más nos valdría tomarnos muy en serio a esta mujer que puede hacer que John McCain, aspirante republicano, gane las elecciones. En cuanto al demócrata, Barack Obama (pronunciado en inglés con el acento en la última a, no en la primera, como he oído a un montón de gente, aunque no sé cómo se pronunciaría originalmente), ya le vale. No sé si Hillary Clinton (a quien tanta gente llama Hillary mientras que al resto les nombran por su apellido, por ejemplo a McCain, o a Obama, cuestión de género, claro) se negó a ser la vicepresidenta, si es que le fue ofrecido, pero podía haber puesto a una mujer en ese puesto para desmasculinizar un poco el percal demócrata, tan lleno de testosterona en los puestos principales. McCain fue más inteligente en esa cuestión y ello le va a granjear los votos de muchas mujeres que solo iban a votar a Clinton por el hecho de ser mujer. Otras dicen, claro está, que las toman por tontas, que McCain se ha pensado que les vale cualquier mujer y que no es así en absoluto. Para gustos los colores.

Y es que las mujeres estadounidenses no son una masa uniforme que piensa de la misma manera, sino que se trata de un colectivo de una gran diversidad tanto racial como sexual, religiosa e incluso cultural. Eso sí, está visto que las preocupaciones de todas ellas trascienden los bandos demócrata y republicano, ya que en todas partes cuecen habas y en ambos partidos el sexismo está a la orden del día.

En mi opinión, está claro que si ganan los republicanos las mujeres saldrán peor paradas, pues son siempre las más afectadas por la falta de educación sexual (Palin está completamente en contra de introducirla en las escuelas) y por la ilegalización del aborto. No obstante, el partido demócrata tampoco se ha quedado corto y con frecuencia las críticas hacia Clinton y hacia Palin (de quien Obama ha dicho recientemente que es "un cerdo que, aunque se ponga pintalabios, sigue siendo un cerdo") han tenido un marcado carácter de género en lugar de un carácter político. Veamos si de verdad, a la hora de ser mujer, hay tantos felices cambios si ganan los demócratas. Ojalá que sí.

Muy recomendable este post sobre Sarah Palin de una de mis blogueras fetiche, Bellota.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Parole parole parole...


El lenguaje es la capa de ozono del alma, y su adelgazamiento nos pone en peligro (Sven Birkerts)

Ya escribió una vez Pedro Salinas, el poeta de los suspiros, acerca de la misteriosa fraternidad que se crea por el hecho de que todo el mundo llame las cosas por el mismo nombre desde la infancia. Aunque nos hemos buscado las castañas por otra parte, las mujeres pocas veces hemos podido gozar de tal camaradería entre nosotras a la hora de nombrar, porque muchas de las experiencias de nuestra existencia carecían de un sustantivo que las registrase. Por ejemplo, si madre es la mujer que tiene hijos, ¿cómo se llaman las que no tienen? ¿Es que siempre habremos de definirlas con una negación? Se aceptan sugerencias para esta nueva palabra.

Yo por mi parte ofrezco algunas palabras que me he ido inventando cuando ha surgido la necesidad, para uso y disfrute (espero) de quien quiera hacerse con ellas, sea mujer, hombre o de cualquier otro género:

Amoras: Dos (o más) mujeres que se aman entre sí.

Asolarse: Tener una cita con una misma para disfrutarse de la mejor manera que a una se le ocurra.

Calendarear: Exprimir los días y tomarse la pulpa del zumo, nada de colarla.

Enmodar: Volver a poner de moda actitudes que hoy día no son cool, como la bondad.

Equivocante: Dícese de aquella persona que se levanta con la cabeza muy alta cada vez que tropieza, elegante su forma de afrontar los errores sin considerarlos derrotas, sino más bien en todo caso vitaminas y lecciones.

Excentrarse: Salir del centro, de la norma, moverse por los lados por donde se mueve la gente verdaderamente interesante.

Expreciar: Despreciar la superficialidad y a quienes la practican desarreglándose delante del espejo durante horas, gastando dinero a mansalva y hablando sin decir nada. Expulsar dichos elementos contaminantes de la vida de una.

Expreocuparse: Dejar de preocuparse por tonterías como por ejemplo contar calorías o qué dirán qué dirán y tomarse en serio la vida.

Lenguar: Sacar la lengua a los cánones y a las convenciones.

Reusar: Rehusar el comprar ropa nueva en tiendas donde no haya tallas para todas (aunque la tuya sí que la tengan) y aprender a hacerte tus propios vestidos o arreglar los que ya tienes para volverlos a usar.

Risueñismo: Acto rebelde de antimaterialismo, en el que tomamos la determinación de ser felices con la ropa y objetos que tenemos sin necesidad de estar consumiendo constantemente.

En fin, esta es simplemente una pequeña muestra de la verborrea que me gasto en mi diario íntimo. Espero que alguna de estas palabras os ayuden a superar el síndrome de la lengua femenina trabada.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Ante el dolor de los demás

El dolor siempre cumple lo que promete (Madame de Staël)


Cuando murió mi hermano en las devastadoras garras de un accidente de tráfico (aviso para los conductores que en su ebriedad se piensan inmortales: haberlos haylos), el dolor nos entró a toda la familia por las orejas, la nariz, la boca y los poros de la piel y no se iba, no se iba. Cegaba la vista, nublaba el pensamiento, impedía las plenas facultades.
La noticia pasó sin pena ni gloria para el resto del mundo, aunque para nosotros la tierra dejase de girar y las cosas desde entonces nunca hayan estado en su sitio del todo (te recuperas, vives tu vida, a veces te sientes feliz, pero desde entonces es como si nuestras almas tuvieran un defecto de serie). Durante los días –meses- que sucedieron a la inexplicable pérdida me resultaba incomprensible que el sol siguiera saliendo y la gente continuase paseando tan tranquila por la calle.
Tras el accidente en el aeropuerto de Barajas, no puedo evitar preguntarme qué hubiera sido de mis padres, de mis hermanos, de mí, si los periodistas nos hubieran acosado como lo han hecho a los desgraciados e indefensos familiares que se arrastraban hacia la morgue.
En tan escalofriante estado, pocos seres humanos hubieran podido impedir a los depredadores con pase de prensa que, blandiendo sus afilados micrófonos, preguntaban a personas en estado de shock sandeces del estilo de ¿cómo se siente? ¿cuántos seres queridos ha perdido? ¿ha reconocido el cadáver? ¿ha traído una muestra de ADN?
Cabrones, un poco de respeto, ¿pero cómo os atrevéis? El morbo por el morbo, incluso en la televisión pública pagada por todos nosotros. Llenando telediarios a costa del dolor ajeno de quien no tiene fuerzas para impedirlo, se os debería caer la cara de vergüenza, esto no es información ni profesionalidad, esta es la misma España cutre que devora revistas del corazón dedicadas a zánganos y parásitos, la misma España cutre que sacó piernas esparcidas por los andenes de Atocha el 11 de marzo de 2004, la misma España cutre de siempre, a ver cuándo aprendemos.
Un primer paso sería intentar ponernos en el lugar de estas personas desoladas, aunque resulte imposible experimentar el dolor extremo que están sintiendo mientras yo escribo esto tan tranquila. Si estos periodistas-vampiros pudieran por un momento pensar, joder, si se muriera mi hermano/madre/sobrino/hija, ¿me gustaría que me hiciesen eso a mí?
Me dais asco.

Si eres así, a mí ni te acerques

Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres (Flora Tristán)

No lo puedo evitar ni quiero. Me dan malas vibraciones las personas que dicen que no les gustan los animales o los niños. No me refiero a la gente que no quiere tener una mascota o que no quiere ser madre o padre, pues estas decisiones no solo me parecen respetables, sino aplaudibles, ya que de no ser por tan sabias determinaciones los pobres perros acaban abandonados en una cuneta o los hijos terminan pagando las frustraciones de sus mayores. Hablo de quienes verdaderamente sienten que no les gustan los críos, quienes muestran una completa indiferencia ante su enorme pequeñez o ante el espejo de sus ojos que engrandece lo que miran. Hablo de quienes no sienten una pena inmensa ante los toros apabullados y aterrorizados que corren por su vida en los encierros ni se estremecen de delicia ante un lametón canino. No lo puedo evitar ni quiero. La insensibilidad me da mal rollo, me inquieta, ocupa uno de los primeros puestos de mi lista de noes.
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P.D: Besos a farala 68, Chavela y pikaia, maravillosas blogueras que me han deleitado este fin de semana y cuyos blogs recomiendo desde aquí.