domingo, 30 de noviembre de 2008

Domingo ateo

Nunca mires a nadie por encima del hombro a no ser que le estés ayudando a levantarse (Jesse Jackson)

Ni la belleza.
Ni la riqueza.
Ni el poder.
Ni la fama.
Ni los éxitos.
Ni las posesiones materiales.
Ni la admiración.
Al final lo único que importa es algo que parece estar muy pasado de moda.

La bondad.

Eso es lo único que deseo saber transmitirte desde el inicio de tu existencia.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Club de lectura


Leemos para saber que no estamos solos (C. S. Lewis)

            Un club de lectura consiste en un grupo de personas que se reúnen periódicamente para comentar un mismo libro. Los hay generalistas, en los que cada libro es distinto al anterior en cuanto al argumento o al género, o temáticos: de poesía, feministas, de novela histórica, etc.

Los clubes de lectura gozan de bastante popularidad en muchos países. Para los anglosajones resultan tan importantes que las editoriales no dudan en sacar colecciones especialmente dedicadas a ellos, con una sección final en la que uno puede encontrarse una entrevista con el autor, preguntas para debatir y muchos otros artículos interesantes.

Además de los clubes de lectura formados por vecinos, amigos o gente que por algún motivo u otro son afines, existe el formato online, mediante un foro en el cual los participantes van expresando sus opiniones con respecto al libro que se están leyendo, o los que tienen como soporte principal un programa de televisión, aunque luego los participantes escriben en los foros de Internet u organizan reuniones. Entre estos últimos, son realmente poderosos el de Oprah Winphrey en Estados Unidos y el de Richard y Judy en Gran Bretaña. Cuando Oprah o Richard y Judy mencionan un libro, éste automáticamente pasa al puesto número uno en las listas de ventas.

Yo formo parte de un club de lectura y creo que es una de las mejores cosas a las que me he podido apuntar nunca, por eso os lo cuento, porque os lo recomiendo, porque todo el mundo puede montar uno, porque es una manera de escapar de la rutina, de ese hacer lo de siempre que te deja un vacío deseante de algo más. Cada uno lo puede organizar como le de la gana, es verdaderamente maravilloso.

En el nuestro, nos juntamos un grupo de unas doce personas provenientes de distintos sitios: compañeros de trabajo, amistades, la amiga de un amigo, etc. Cada mes, uno de nosotros se encarga de escoger el libro y todos lo compramos o lo sacamos de la biblioteca. La persona que se ha encargado de escoger el libro, organiza la reunión en su casa, fija la fecha y la hora, y allí vamos todos. La anfitriona o el anfitrión organizan una cena o unos buenos aperitivos, todo ello regado con vino y buena conversación, y pasamos una velada de lo más agradable hablando del libro y claro, de muchos otros temas que van surgiendo.

            Por ahora, nos hemos leído los siguientes libros:

            Sin haberlo decidido así, con un libro iraní, otro estadounidense, otro francés, otro japonés y el último inglés, nos estamos dando juntos una estupenda vuelta al mundo a través de la literatura.

            Lo cierto es que todos los meses espero con ilusión la nueva reunión del club de lectura, anotando todas las ideas que me inspiran los libros que leemos y soñando con ese respiro del mundanal ruido que es encontrarme con todas estas personas maravillosas que abren las puertas de su casa a sus compañeras y compañeros de lectura. ¡Ayer, de nuevo, me lo pasé muy bien, gente! Y qué bueno estaba el plato de curry…

martes, 25 de noviembre de 2008

25 de noviembre

La violencia es el último refugio del incompetente (Isaac Asimov)

--El acoso sexual ES violencia machista.

--La no remuneración y la infravaloración de los cuidados a personas dependientes (niños, ancianos, enfermos) por parte de mujeres que no son consideradas trabajadoras ES violencia machista.

--La brecha salarial entre hombres y mujeres ES violencia machista.

--Que los horarios laborales sean totalmente masculinos ES violencia machista.

--Que el pobre más pobre del mundo tenga siempre a alguien más pobre qué él, su mujer, ES violencia machista.

--La discriminación de las mujeres en tantas religiones ES violencia machista.

--Que muchas niñas de este mundo no tengan acceso a la educación ES violencia machista.

--El lenguaje sexista ES violencia machista.

--La ablación ES violencia machista.

--La gordofobia ES violencia machista.

--Que cada año mueran miles de mujeres en el mundo a manos de sus parejas o ex parejas ES violencia machista.

--La situación de las mujeres en Ciudad Juárez, México, y en tantas otras partes del mundo, ES violencia machista.

--El acoso a través de Internet ES violencia machista.

--La publicidad sexista en los medios de comunicación ES violencia machista.

--El velo ES violencia machista.

--La explotación sexual ES violencia machista.

--El tráfico de mujeres ES violencia machista.

--La misoginia, ya venga de un heterosexual o de un gay, ES violencia machista.

--El canon de belleza inalcanzable impuesto por la moda occidental ES violencia machista.

--La pornografía que denigra a las mujeres ES violencia machista.

--El que un hombre opine a viva voz sobre los atributos de una mujer que ve por la calle (los mal llamados piropos) ES violencia machista.

--La tolerancia hacia los comentarios y chistes sexistas de los compañeros de trabajo, amigos o familiares ES violencia machista.

--Que el aborto esté penalizado ES violencia machista.

--Una violación ES violencia machista.

--El feminicidio ES violencia machista.

Etc…

jueves, 20 de noviembre de 2008

Una cosa viva

Algunas mujeres no pueden decir la palabra LESBIANA ni cuando tienen a una en la boca (Kate Clinton)

Hace poco fui a mi médico de cabecera para pedirle que me diera cita para la ginecóloga con el fin de hacerme una revisión completa, que ya me tocaba. Hablando del dolor de ovarios, me preguntó si tenía relaciones sexuales, pues me estaba explicando qué cosas pueden causar una congestión en el aparato reproductor.

            Yo le dije que sí, y le especifiqué que eran con una mujer. Lo hago siempre que puedo en el médico porque pienso que se debe oír, de modo que estudien más los temas que pueden ser específicos de nosotras, las lesbianas.

            No me voy a poner a criticar a los médicos de la Seguridad Social porque, para empezar, las generalizaciones no me gustan nada y hay profesionales como la copa de un pino. Además, a veces trabajan con pocos medios o escaso personal, y la cosa tiene mucho mérito. Pero lo que sí quiero es reivindicar que la medicina en general debe interesarse más por la salud de las lesbianas, porque muchas veces no tienen ni idea.

            En concreto en este caso, mi médico me respondió:

-Ah, bueno, si es con una mujer yo ya no sé.

            Alucinante.

            Hoy me he ido a hacer la citología de rigor y le he contado a la matrona mi conversación con el médico. Después de hablar un rato, ha soltado la siguiente perla:

-Bueno, es que el sexo lésbico es como una masturbación, aunque haya penetración, en el sentido de que no te introducen una cosa viva.

            Pobre mi novia, mi brujita, le han dicho que tiene una mano biónica o que sus dedos están muertos o qué sé yo qué.

            Y luego, en serio, queridas lectoras y queridos lectores, ¿por qué esa metonimia? ¿Por qué esa identificación de un todo con una parte? La masturbación es simplemente, y cito a la Real Academia de la Lengua, la “estimulación de los órganos genitales o de zonas erógenas con la mano o por otro medio para proporcionar goce sexual.”

            Claro, eso es parte del sexo lésbico. Igual que del gay, del heterosexual, del transexual, de los tríos y de las orgías. Claro.

            Pero semejante incultura, semejante ignorancia, semejante osadía en una profesional por cuyas manos habrán pasado, estoy segura, cantidad de lesbianas, que ya tenía unos añitos la mujer…

            Estoy segura de que muchas de nosotras las lesbianas hemos tenido experiencias similares (o peores) al ir a una visita ginecológica. Otras se habrán callado y habrán ocultado que tienen sexo con mujeres. Omisiones “sin importancia” como tantas que hacemos en nuestra vida diaria porque estamos cansadas de que nos miren mal o simplemente de ser “la lesbiana” de la oficina, de la consulta, de la clase…

            A las doctoras y a los doctores, por favor, estúdiennos, investíguenos, miren a ver qué cosas nos pueden suceder solo a nosotras o de distinta manera que a otras mujeres: tenemos el mismo derecho que el resto de las personas y no todas nos podemos pagar una consulta en una clínica privada feminista.

            A las lesbianas, hablad. Siempre que no suponga un peligro para vuestra integridad física o mental, salid del armario. Para que escuchen que existimos, para que nos incluyan y para que no nos obvien. Decidlo alto y claro, SOY LESBIANA, ¿qué me pasa, doctor?

La calumnia

Por cada persona que vive sin libertad, el resto debemos enfrentarnos a la culpabilidad (Lillian Hellman)

Cómo pasa el tiempo. Hoy hace 74 años que se estrenó en Broadway una de las obras más famosas de la dramaturga y guionista norteamericana Lillian Hellman (1905-1984). Se trata de The Children’s Hour, conocida en España como La calumnia, de la que luego William Wyler hizo una película con Audrey Hepburn y Shirley MacLaine en 1961.

La calumnia trata sobre dos amigas que regentan un internado femenino. Una de las niñas se inventa, cuando escucha un rumor, que las dos profesoras tienen un romance. Esto llega a oídos de todos los padres, que van sacando a sus hijas del colegio hasta que este tiene que cerrar y la vida de ellas queda destrozada. Hellman no deja claro si el rumor es cierto o no (la película de Wyler se inclina más por lo segundo, aunque muestra cómo una de las profesoras sí que siente lo que dice la niña), pero la relación de las dos mujeres en la obra teatral es lo suficientemente estrecha como para que esta se prohibiera en Chicago, Boston y Londres y provocase que Hellman quedase excluida del premio Pulitzer. Aún así, La calumnia tuvo un éxito tremendo y estuvo en cartelera durante veintiún meses.

Hellman se inspiró en un caso real que tuvo lugar en Edimburgo en 1809, cuando una niña acusó a sus profesoras, la Srta. Pirie y la Srta. Woods, de tener una relación y los tribunales las consideraron culpables de “afecto excesivo.” El hecho de que once años después las dos mujeres ganaran la apelación, no evitó que sus vidas quedasen destruidas para siempre. Su colegio nunca volvió a abrir sus puertas y ellas jamás fueron contratadas en ningún otro lugar.

Lillian Hellman escribió muchas otras obras de teatro y guiones de Hollywood, todos ellos de gran calidad. Durante treinta años, fue pareja del escritor de novela negra Dashiell Hammett, y amiga toda la vida de la genial escritora Dorothy Parker.

Activista de la izquierda, fue víctima de la caza de brujas y se negó a testificar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses en 1952. Aunque, al contrario que Hammett, nunca estuvo en la cárcel por ello, sí que estuvo vetada de los estudios de Hollywood durante muchos años.

Gracias, Lillian Hellman, por sacar a la luz un caso que de otro modo hubiera quedado enterrado por la historia normativa, esa que siempre olvida a las mujeres y, sobre todo, a las lesbianas. Menos mal que entre todas podemos construir en lugar de destruir.


[Lectura recomendada: Scotch Veredict: Miss Pirie and Miss Woods V. Dame Cumming Gordon (Lillian Faderman) sobre el caso real de las profesoras escocesas.]

martes, 18 de noviembre de 2008

La escritora coqueta


Escribir es sencillo. Todo lo que tienes que hacer es sentarte delante del teclado y abrirte una vena. (Red Smith)

Debía hablar con alguien y en el cielo no tienen wi-fi. Me reía demasiado y por la calle siempre me miraban como si estuviese loca. Raspaba mis nudillos rabiosos contra los muros del barrio y me manchaba la falda de sangre. El vicio de maquillarse los labios con pegamento de barra es difícil de abandonar. Y qué demonios, el café sabe mejor con tinta que con azúcar y yo me veo más guapa con un bolígrafo en la mano. Así que me compré un cuaderno.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Cocina: TARTA DE PACANA

Humanos... la verdad, Bill, no sé qué ves en ellos (True Blood)

Charlaine Harris (Mississippi, 1951) no es una escritora al uso. Para empezar porque es levantadora de pesas y karateka y para seguir porque ha escrito una treintena de libros de gran calidad –un número elevadísimo para una escritora de su edad- y aún así permanece en la sombra para mucha gente, especialmente en España, país donde solo se han traducido tres libros suyos, que yo sepa. A Harris lo que le va es el misterio, y tiene nada más y nada menos que cuatro series literarias que ponen los pelos de punta.

-La primera serie es la de Aurora Teagarden, la típica bibliotecaria con gafas que está demasiado obsesionada con los crímenes reales, tanto que al final se dedica a resolverlos ella misma.

-La segunda serie es la de Lily Bard, que vive en un pueblecito de Arkansas llamado Shakespeare. Lily Bard es limpiadora, pero posee una enorme cultura (me recuerda mucho al personaje de Renée en La elegancia del erizo de Muriel Barbery) y también se dedica a resolver misterios investigando en las casas donde trabaja.

-La tercera serie es la de Sookie Stackhouse, The Southern Vampire Mysteries (que la editorial La Factoría de Ideas está publicando aquí), una mezcla de misterio, amor y aventuras con el toque vampírico tan de moda actualmente (es como una versión adulta –con mucho sexo, peculiares y sangrientas drogas y malhablados sureños- de los magníficos libros de Stephenie Meyer), ambientada en el Luisiana posterior al huracán Katrina. Estos libros (ocho por ahora) han inspirado una serie de gran éxito que está emitiendo la cadena norteamericana HBO y que estoy segura de que pronto causará furor en España, True Blood.

-Y la cuarta serie es la de Harper Connelly, también ambientada en el sur de Estados Unidos. Harper Connelly ha recibido el impacto de un rayo y ahora es una muchacha con el poder de tocar a los muertos y saber lo que les ha sucedido, por lo que no tardará en ganarse la vida resolviendo crímenes.

Suenan bien, ¿no? Personajes femeninos fuertes e inteligentes, intrigas que no te permiten despegar los ojos del libro y literatura de buena calidad. Quienes sabéis inglés, a por ellos. Quienes preferís leerlos en español, habrá que insistir a las editoriales para que los publiquen.

Con respecto a True Blood, en casa ya estamos disfrutando de ella gracias a la recomendación de mi amigo Kico y también, cómo no, gracias a la mula que todo lo puede. Fascinante es ahora mismo el adjetivo que se me ocurre para describir esta locura dividida en capítulos de tres cuartos de hora. Hoy quería rendirle un pequeño homenaje a la serie haciendo un postre muy sureño y que protagoniza uno de los capítulos más entrañables. Una persona a quien Sookie quiere mucho (no quiero desvelar más de lo necesario) hace una tarta de pacana. Más adelante muere y después del funeral, en una hermosa escena, Sookie se come su tarta mientras llora un mar de lágrimas.

La pacana es un tipo de nuez alargada que se cultiva sobre todo en Estados Unidos y en México. Su cáscara se rompe con facilidad y su carne es blanca y sabrosa. Yo compro mis pacanas en Taste of America, una tienda de alimentos importados, pero soy consciente de que son difíciles de conseguir, por lo que en esta receta podéis sustituirlas por nueces normales peladas, pues aunque el sabor varíe un poco, seguirá estando deliciosa.

Otra escena cinematográfica memorable en la que figura una tarta de pacana es en la adaptación de la excelente novela Tomates verdes fritos de Fannie Flagg. Cuando Evelyn (Kathy Bates) descubre el pequeño café abandonado de Whistle Stop y lee el menú que aún cuelga de su desvencijada puerta, éste es uno de los postres que figuran en el cartel.

Por otra parte, a la receta tradicional de la tarta de pacana le he añadido unos toques de bourbon (whisky americano, más aromático y acaramelado que el otro, una marca famosa es Jack Daniel’s) y de chocolate, siguiendo una receta innovadora de la revista Saveur. Así que, aquí va:

Ingredientes (Para 8 personas aproximadamente)

1 lámina de masa precocinada

7 cucharadas de mantequilla (NO margarina)

¼ taza de bourbon

¼ taza maicena

3 huevos batidos

½ sirope (de arce, de caramelo, de maíz…)

¾ taza de azúcar blanca

1 taza de pacanas peladas

1 taza de pepitas de chocolate

Pasos

-Engrasar un molde con mantequilla y poner sobre él la lámina de masa. Esparcir las pepitas de chocolate encima de la lámina de modo que cubra todo el fondo del pastel.

-En un bol, mezclar el bourbon y la maicena hasta que el primero se disuelva. Después añadir los huevos batidos, el sirope, el azúcar y la mantequilla (un poco derretida). Batir todo esto.

-A la mezcla del bol añadir las pacanas y después verterlo todo sobre las perlas de chocolate de manera uniforme.

-Cocer el pastel alrededor de 1 hora en la mitad del horno a unos 190º. Tiene que estar dorado y burbujeante. Si metéis un mondadientes y sale limpio, ya se ha hecho.

-Sacar del horno y esperar al menos dos horas antes de servir. Acompañado de helado de vainilla está delicioso.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Susan quiere votar


Los hombres: sus derechos y nada más. Las mujeres: sus derechos y nada menos (Susan B. Anthony)

Más sobre el tema del momento. Este mismo día, pero en 1872, la activista Susan B. Anthony (Massachusetts, 1820 – Nueva York, 1906) fue arrestada por votar en las elecciones presidenciales estadounidenses, cuyo ganador aquella vez fue el republicano Ulysses S. Grant.

El motivo de su arresto fue que había infringido la ley, pues las mujeres no tenían el derecho al voto. No obstante, Susan B. Anthony aseguraba acogerse a la 14º Enmienda de la Constitución de su país, que dice que “todas las personas nacidas en EEUU son ciudadanas y no se les pueden negar los privilegios de la ciudadanía.” ¿No somos las mujeres, pues, personas?, reclamaba esta admirable mujer.

El juicio fue largo, Susan B. Anthony pronunció en él palabras que pasaron a la historia. De nada sirvió su racional defensa, pues fue declarada culpable y también multada, aunque siempre se negó a pagar esta multa.

La vida de Susan B. Anthony es apasionante y daría para un libro (de hecho, cuenta con varias y muy buenas biografías publicadas). Ejerció de profesora y luego de directora en un colegio. Allí luchó por que las maestras tuvieran el mismo salario que sus homólogos masculinos. Asimismo, militó contra el abuso del alcohol y la esclavitud.

En 1851 conoció a la feminista Elizabeth Cady Stanton, con quien mantuvo una sólida amistad durante toda su vida. Juntas lucharon por los derechos de las mujeres y participaron en la convención de Seneca Falls, donde se sentaron muchas de las bases del feminismo moderno.

Susan B. Anthony se alejó del movimiento abolicionista cuando éste apoyó la 15º Enmienda que otorgaba a los negros varones el derecho al voto, pero no a las mujeres (ni negras ni de ninguna otra raza).

En 1868 empezó a publicar una revista semanal, The Revolution, en la que se reivindicaba el sufragio femenino y de las personas negras, la igualdad salarial, unas leyes de divorcio más liberales y se criticaba la posición de la iglesia con respecto a las mujeres y la necesidad que tenían las mujeres de abortar por no tener otras opciones (ella estaba en contra del aborto porque en el siglo XIX era una intervención muy peligrosa).

Durante toda su vida, luchó por el acceso de las mujeres a la educación. En colaboración con su amiga Stanton, con la mujer que se ocupó de su defensa en el juicio por haber osado votar (Matilda Joslyn Gage) y con la sufragista Ida Husted Harper, escribió una historia sobre el sufragio femenino en cuatro volúmenes. También con Stanton, fundó la NWSA (Asociación Nacional por el Sufragio Femenino).

Susan B. Anthony murió catorce años antes de que se fallase la 19º Enmienda, pero este hito no hubiera sido posible sin ella, ni las mujeres que votaron ayer hubieran podido ejercer su derecho sin esta heroína decimonónica.

Barack, lee a Wilfred


Yes, we can (Barack Obama)
Ayer hizo noventa años que el poeta inglés Wilfred Owen (1893-1918) murió teniendo tan solo veinticinco, bajo el fuego de una ametralladora en la Francia de la Primera Guerra Mundial.
Cuando Owen ingresó en el ejército, no tardó en darse cuenta de la mentira que contaban los gobiernos, que son los que inventan las guerras que después sufren los pueblos: morir por la patria no es grandioso ni heroico, sino una verdadera mierda, por decirlo mal y pronto. Eso que decía Horacio de dulce et decorum est pro patria mori (morir por la patria es dulce y heroico) le parecía algo inventado por el poder para que los jóvenes se alistaran y fueran a la guerra. El inteligente muchacho escribió este hermoso poema al respecto (pongo primero la traducción y después el poema original):
‘Dulce Et Decorum Est’

Doblados como viejos mendigos bajo bolsas,
Chocando las rodillas y tosiendo como viejas, maldecimos a través del lodo
Hasta darle la espalda a las condenadas bengalas
Y empezar a arrastrarnos a un descanso remoto.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos ya sin botas
Cojeaban calzados de sangre. Todos patéticos, ciegos todos,
Ebrios de cansancio, sordos incluso a los silbidos
De proyectiles decepcionados que caían más atrás.

¡Gas! ¡Gas! ¡De prisa, chicos! En un éxtasis de torpeza
Nos calamos torpes cascos justo a tiempo;
Pero alguno seguía pidiendo ayuda a gritos tropezando

Indeciso como un hombre ardiendo en llamas o cal viva.
Borroso tras los vidrios empañados y a través de aquella verde luz espesa,
Como hundido en un mar verde, lo vi ahogarse.

En todos mis sueños, ante mi vista indefensa,
Se abalanza sobre mí, se atraganta, se ahoga, se apaga.

Si en algún sueño asfixiante también pudieras seguir a pie
La carreta donde lo arrojamos
Y ver cómo retorcía los blancos ojos en la cara,
Una cara colgante, como un diablo harto del pecado;
Si pudieras oír, a cada tumbo, la sangre
Vomitada por pulmones de espuma corrompidos,
Obsceno como el cáncer, amargo como pus
De viles llagas incurables en lenguas inocentes,--

Amigo mío, no contarías con tanto entusiasmo
A los niños que arden ansiosos de gloria
Esa vieja mentira: Dulce et decorum est
Pro patria mori.


‘Dulce Et Decorum Est’

Bent double, like old beggars under sacks,
Knock-kneed, coughing like hags, we cursed through sludge,
Till on the haunting flares we turned our backs
And towards our distant rest began to trudge.
Men marched asleep. Many had lost their boots
But limped on, blood-shod. All went lame; all blind;
Drunk with fatigue; deaf even to the hoots
Of disappointed shells that dropped behind.

Gas! Gas! Quick, boys!—An ecstasy of fumbling,
Fitting the clumsy helmets just in time;
But someone still was yelling out and stumbling
And flound’ring like a man in fire or lime…
Dim, through the misty panes and thick green light
As under a green sea, I saw him drowning.

In all my dreams, before my helpless sight,
He plunges at me, guttering, choking, drowning.

If in some smothering dreams you too could pace
Behind the wagon that we flung him in,
And watch the white eyes writhing in his face,
His hanging face, like a devil’s sick of sin;
If you could hear, at every jolt, the blood
Come gargling from the froth-corrupted lungs,
Obscene as cancer, bitter as the cud
Of vile, incurable sores on innocent tongues,--
My friend, you would not tell with such high zest
To children ardent for some desperate glory,
The old Lie: Dulce et decorum est
Pro patria mori.

(1917)

(Traducción de Nicolás González Varela, extraído de este blog)
Después de estos versos magistrales, poco queda por añadir.
Ayer Barack Obama ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En un acto que a buen seguro devolverá la credibilidad a este país, sus compatriotas decidieron que, de una vez por todas, una familia negra debía ocupar la Casa Blanca. Obama tiene mucho trabajo por delante, pero espero que, como intelectual que es (ha escrito varios libros y estudiado en las mejores universidades con notas excelentes) lea a Wilfred Owen e impida que su gobierno mienta al pueblo. No es cool ni valiente ingresar en el ejército ni volver de un país del que ignoras todo dentro de un ataúd envuelto con la bandera. No necesitamos guerras en Afganistán, Iraq ni en ningún otro lugar. El cierre del campo de concentración de Guantánamo es urgente e imprescindible. Barack, enhorabuena. Barack, queremos la paz.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Cocina: PASTEL REINONA

Muchas personas son lo bastante educadas como para no hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza vacía. (Orson Welles)

Hoy mi bruja se ha ido a pasar la tarde en casa de nuestra amiga Farala y yo me he quedado en casa trabajando, que siempre tengo unos días de clausura antes de entregar la traducción de un libro. La he mandado como a una Caperucita Roja, con un pastel y advertencias de que tuviera cuidado con los posibles lobos que pudiera encontrarse por el camino.

El bizcocho en cuestión es también un homenaje a nuestra monarca, pues al ser hoy su cumpleaños se merece UN BUEN BOLLO. Así pues, lo he bautizado PASTEL REINONA en su honor.

He aquí la receta para quien quiera disfrutar de un café con bollería fina:

Ingredientes:

-1 yogur natural (cuya tarrina servirá como medida del resto de los ingredientes).

-1 medida de aceite de oliva (si os gusta su sabor fuerte en la repostería) o vegetal.

-1 medida de azúcar moreno.

-3 medidas de harina.

-Dos cucharadas de levadura en polvo.

-3 huevos.

-Fruta a elegir: dos manzanas, una manzana y una pera o cualquiera de temporada.

-Mantequilla o margarina para engrasar el molde.

-Opcional: nata para decorar, nueces o pasas si se quieren añadir a la fruta, etc.

Pasos:

-Mezclamos en un bol el yogur, el aceite, la harina y el azúcar. Aparte, batimos los huevos y los echamos a la mezcla anterior. Agregamos la levadura y lo batimos todo.

-Pelamos, descorazonamos y cortamos la fruta en láminas finas. La añadimos a la mezcla batida. Si queremos agregar otra cosa, como nueces o pasas, lo hacemos también en este momento.

-Precalentamos el horno a 200º. Engrasamos un molde y espolvoreamos un poquito de harina para que el pastel no se quede pegado. Añadimos la mezcla. Bajamos el horno a 180º y horneamos el pastel más o menos 40 minutos (cuando introduzcáis en él un mondadientes y salga limpio, significa que ya se ha hecho).

-Lo dejamos templar antes de desmoldar y servir. Se puede decorar(con nata o lo que sea) justo antes de servir.

Bueno, en mi caso lo he adornado con glaseado de colores que venden en las tiendas especializadas (estos son de la marca Wilton y los he comprado en Taste of America). La decoración, aunque la foto no me haya salido muy bien, supongo que se ve lo que representa y, de nuevo, he pensado en la reina mientras la hacía.

Feliz y dulce semana.