sábado, 31 de marzo de 2012

OBITUARIO: Adrienne Rich (1929-2012)

Puede que dispongamos de todos los recursos tecnológicos habidos y por haber…pero si nuestro lenguaje no es el adecuado, nuestra visión permanecerá deforme y nuestra razón y nuestros sentimientos darán vueltas sin llegar a ninguna parte. Tal vez nuestro proceso llegue a ser “revolucionario”, pero nunca transformador. (Adrienne Rich

Creía que el arte y la política eran indivisibles. Centró todo su trabajo teórico y poético en el feminismo, el lenguaje, la identidad sexual y racial, los derechos civiles y el pacifismo. Ha sido una de las activistas, pensadoras y creadoras más trascendentales del siglo XX. 
En Instantáneas de una nuera (Snapshots of a Daughter-in-Law, 1963) versificó sobre ese problema sin nombre acerca del que también estaba escribiendo en ese momento Betty Friedan: la alienación que conlleva el rol femenino dentro de un matrimonio normativo. Recordemos que por aquél entonces apenas había iniciado su andadura la segunda ola del movimiento feminista que condenaría todo esto. Ella sería una de sus figuras principales. 
En 1976, habiendo dejado a su marido y padre de sus tres hijos, salió del armario e inició una relación con la que sería su pareja durante toda su vida, Michelle Cliff, una escritora de origen jamaicano. Eran tiempos muy hostiles para las lesbianas, incluso dentro del movimiento feminista. Ese mismo año publicó Veintiún poemas de amor (Twenty-one Love Poems), su homenaje al amor lesbiano. 
En 1980 escribió un ensayo fundamental para el lesbofeminismo, Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana (Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence), texto que en un mundo razonable sería un clásico de la no ficción, junto con Nacemos de mujer (Of Woman Born), obra en la que examina la maternidad como experiencia y como institución. 
Heredera declarada de las escritoras que la precedieron, rechazadora de los premios más importantes del mundo literario norteamericano por considerar que la literatura es más importante que un adorno para el salón, investigadora del lenguaje feminista, rebelde, insumisa, intelectual, valiente. 
Nunca dejó de escribir ni de luchar. A principios de este siglo, ya septuagenaria, se manifestó en contra de la guerra de Iraq. 
No hace mucho que publicó su último libro de poesía. 
Ha muerto Adrienne Rich.

jueves, 8 de marzo de 2012

Feminismo fue, es y será

Me hice feminista porque la otra opción era hacerme masoquista (atribuida a Sally Kempton). 

bell hooks
En su texto “Feminism: A Movement to End Sexist Oppression” [Feminist Theory: From Margin to Centre, Boston: South End Press, 1984], bell hooks escribe que el principal problema del discurso feminista reside en nuestra incapacidad para llegar a un acuerdo con respecto a lo que es el feminismo o para elaborar una definición común. Esto, añade, nos impide construir unos cimientos sólidos sobre los cuales hacer teoría o llevar a cabo un activismo coherente. El hecho de que muchas de nosotras digamos que hay tantos feminismos como feministas existen, opina, indica que no nos tomamos en serio que el feminismo sea un movimiento político radical, con la importancia que esto conlleva. 
Estoy y no estoy de acuerdo con ella. Por una parte me pregunto si tal vez lo radical no será precisamente el que hablemos de feminismos y no de feminismo, al igual que las que estamos en la militancia nunca decimos “la mujer esto y lo otro”, sino “las mujeres”, marcando así nuestra diversidad. Por otra parte debemos hallar algo en común, y es tal vez esto en lo que debamos ahondar. Cuando el movimiento feminista comenzó a teorizar, allá por el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, lo que creíamos que teníamos en común era simplemente ser mujer. Con el siglo XXI nos damos cuenta de lo limitado que es esto, pues entramos en el juego binario patriarcal de hombre-mujer, heterosexual-homosexual, blanco-negro, centro-margen, yo-el otro… 
El feminismo no es, como mucha gente opina, el movimiento que lucha por la igualdad de mujeres y hombres. Esta visión es muy inocente porque, además del binarismo que conlleva, ¿iguales a qué hombres queremos ser, si entre ellos no son iguales? ¿A los heterosexuales, a los gays, a los blancos, a los negros, a los ricos, a los pobres…? ¿queremos de verdad entrar en el juego de este mundo capitalista, militarizado y racista, o aspiramos a más y mejor? ¿queremos tener autoridad, o autoritarismo? 
Este punto en común que digo que debemos buscar puede ser precisamente la definición de feminismo que proporciona bell hooks en el artículo antes mencionado: el feminismo es la lucha por acabar con la opresión sexista. Esta lucha no beneficia solo a un determinado grupo de mujeres, ni a las mujeres con respecto a los hombres, sino que tiene el poder de transformar las vidas de todas y todos de forma significativa. El feminismo, pues, no es un estilo de vida, algo que simplemente se practique diciendo “soy feminista”, sino que exige un compromiso político, exige activismo. 
Hoy es 8 de marzo. Con sus aciertos y con sus errores, el feminismo ha sido la revolución definitiva y todavía le queda mucho camino por andar. Sirva este día de recordatorio de todo lo conseguido y de todo lo que queda por alcanzar. 
Feliz día y a reclamar las calles

martes, 6 de marzo de 2012

Este momento (epifanía)

Nadie puede retroceder y emprender un nuevo comienzo, pero todo el mundo puede empezar hoy a crear un nuevo final (Maria Robinson).  

Anoche experimenté un momento perfecto –epifánico, una joya, una rareza- y me alegra haber sido consciente de ello en vivo y en directo. 
Ya era de madrugada y dormíamos. Nuestra hija estaba entre nosotras (es una experta en colarse en nuestra cama) enfundada en su pijama de cuerpo entero con los corchetes detrás para facilitar el cambio de pañal. Estaba caliente como solo se calientan los bebés que duermen y olía a aceite de almendra dulce y a leche con cacao. Todo estaba en silencio. 
Nuestra pequeña, ya digo, estaba entre nosotras y con un brazo tocaba a una mamá y con el otro a la otra. Eso le daba paz. Y pensé para mí: este momento. 
Este momento en que las dos somos más jóvenes que viejas, estamos sanas, nos amamos, nos lo pasamos bien juntas, nos satisface nuestra vida personal y profesional, tenemos un nido y estamos rodeadas de gente que nos quiere. 
 Este momento en que nuestra hija cambia de bebé a niña, no tiene preocupaciones, se ríe constantemente, no conoce los prejuicios, nos adora, se siente segura y querida, tiene todavía la vida entera por estrenar y recorrer. 
Magia. Realidad. 
¿Se volverán a dar todos estos factores juntos alguna vez? Sí o no. Pero quiero apreciarlos, agradecerlos y atesorarlos. 
Tengo tanta suerte…

Va de pes

El tiempo es gratis, pero no tiene precio. No puedes poseerlo, pero sí utilizarlo. No puedes ahorrarlo, pero sí gastarlo. Una vez lo pierdes no puedes recuperarlo. (Harvey MacKay). 

Una vez más, la semana ha empezado antes de que me dé tiempo a acabar la anterior. De vez en cuando limpio el taco de asuntos pendientes que hay sobre mi mesa, pero vuelve a crecer al antojo del intransigente calendario. 
Llevo toda la vida intentando mejorar en las dos temidas pes. No estoy hablando del partido político que nos gobierna, que también da mucho miedito, sino de priorizar y de procrastinar
En lo primero nunca he sido muy hábil, porque o bien empiezo por lo más fácil para quitármelo de encima, o bien antepongo asuntos que no son tan importantes para mí como otros por presiones externas a las que no he sido capaz de enfrentarme. 
En cuanto a procrastinar, si este verbo fuera un reino yo llevaría la corona. No hace falta decir más. 
Añado otra pe: quiero volver a cultivar la paciencia, aunque esté demodé, porque me doy cuenta de que cada vez siento menos esa emoción de la espera, esa anticipación con la que una juega en su cabeza. Ahora si quiero un libro me lo descargo vía wi-fi en mi kindle en menos de un minuto, si tengo que contactar con alguien le mando un veloz whatsapp, en general tengo todo lo que necesito a mi alrededor. Y sin embargo, a pesar de que todo se consiga más rápido, cada vez tengo menos tiempo. ¿Qué es lo que hago mal? 
Quiero ser justa conmigo y reconocer que he mejorado mucho a la hora de hacer limpieza existencial. Me he quedado solo con lo importante (mis seres queridos, mis libros, mi militancia y mi escritura) y con lo inevitable (mi trabajo) y he dejado mucha hojarasca en el camino. 
Ahora me toca pulir estas facetas de mi vida. Como este blog, siento que de alguna manera recomienzo en esta víspera de primavera de 2012. Tal vez se deba a que de este año se esperan tantas cosas horribles que me cae hasta bien. Siempre me he sentido atraída hacia las causas perdidas. 
Pretendo aliarme con las horas en lugar de enfadarme con ellas. Fluir a su ritmo en lugar de verme engullida por el remolino del destiempo. 
En realidad, como siempre, está en mis manos.

lunes, 5 de marzo de 2012

Perfilando la revolución

Las ideas más transformadoras me han llegado siempre a través de los libros (bell hooks).

La literatura, como siempre, erigiéndose en salvadora. La gente con la mirada saltando sobre la noticia infame, sobre el ladrón de turno, sobre la nube gris que reemplaza al cielo. Pero qué mundo es éste tan horrible, dicen llevándose las manos a la cabeza, pero cómo es posible tanta maldad, en qué momento cambiamos la justicia por un smartphone y una hipoteca en la playa... Bueno, qué más da, el caso es que esto es lo que es, hubiera sido más cool que el apocalipsis se pareciera a una novela de Stephen King, más justificable si se tratase de los zombies de The Walking Dead, pero no, los verdaderos monstruos llevan traje de chaqueta y están dotados de una verborrea convincente y vacía. Quienes están estropeándolo todo dicen y no hacen, callan haciendo mucho ruido, se ríen del resto cuando están entre ellos y se parecen mucho a ti pero con más tarjetas de crédito.

Pero la literatura, como siempre, erigiéndose en salvadora. No huyo, no me escondo, no niego la realidad. No vivo atrincherada en los libros, sino que estos me dan fuerza. No, la palabra adecuada es esperanza. Cuando todo es feo, el horizonte es gris-tubo de escape y aparece aún otro villano más en escena, siempre me queda la noción de que hay gente desgranando mentes en su teclado, inventando mundos, haciendo, en definitiva, arte.
No solo eso. También hay personas de todas las edades, de todos los géneros, de todos los colores, que en estos momentos están leyendo. Y mientras una persona lee no está haciendo daño a nadie, no está poniéndose en peligro, no está afeando aún más nuestro pobre planeta. Todo lo contrario.

A mis sobrinos y sobrinas siempre les he dicho: tienes que leer, porque si no lees, acabarán pensando por ti. No entienden a qué me refiero y yo les explico que si no leen no descubrirán que hay muchos modos de ver la vida y de explicarse el mundo, muchos modos de proceder y muchas opciones. Quien no lee tendrá una perspectiva con menos dimensiones, habrá gran cantidad de cosas que no se plantee porque directamente no sepa que existen.

Apoya la libertad de pensamiento, de expresión, de ideas... ¡la libertad para leer!
La literatura sí puede cambiar el mundo. Es una epifanía que he tenido recientemente, no porque no lo supiera antes, sino porque de pronto he empezado a armar en mi cabeza una revolución que pasa por propagar a diestro y siniestro el amor por la lectura. Si hay algo que proporciona leer es empatía. Con sinceridad, ¿no es precisamente eso de lo que andan escasos aquellos que nos han llevado a esta crisis económica y, sobre todo, moral?
Iré perfilando mi revolución y reclutando a quienes queráis uniros.