Los libros son la humanidad impresa (Barbara W. Tuchman)
Un grupo de psicólogos evolutivos de la Universidad de Missouri, San Luis (Estados Unidos), dirigidos por el profesor Joseph Carroll, especializado en darwinismo literario, ha realizado un estudio acerca del modo en que las novelas victorianas han influido en la sociedad occidental. Su modo de proceder ha sido pedir a 500 académicos que rellenasen un cuestionario acerca de los personajes de 201 novelas decimonónicas. En dicho cuestionario les preguntaban sobre la personalidad, la respuesta emocional y otros rasgos psicológicos de los personajes en cuestión.
La conclusión, aunque no sé cuánto tendrá de científica, a mi me ha hecho repachingarme en mi asiento con aire satisfecho, echar un vistazo a mis rebosantes estanterías y asentir con orgullo.
El estudio afirma que las novelas victorianas contribuyeron a mantener el orden social e instaurar el altruismo en la sociedad decimonónica, cosa que, a la larga, conformó el código moral bajo el cual actuamos hoy día. Las novelas de aquella época promovían en general una sociedad más igualitaria y hablaban de cooperación y de unidad contra el ansia de poder y de dominación.
En ellas, el comportamiento dominante estaba estigmatizado, no como en siglos anteriores, y sus personajes reflejaban los conflictos que vivían interiormente para mantener este orden moral. Por poner dos ejemplos, el tormentoso Heathcliff de Cumbres Borrascosas (Emily Brontë, 1847) o el ambiguo Sr. Darcy de Orgullo y Prejuicio (Jane Austen, 1813), eran dos personas contradictorias cuyos actos tienen consecuencias que, por supuesto, no voy a desvelar aquí por si hay alguien que no se ha leído estas dos novelas (en cuyo caso os recomiendo que apaguéis el ordenador ahora mismo y corráis a la librería más cercana).
En otras novelas de la época, las cosas son más blancas o negras. Por ejemplo, Dorothea Brooke de Middlemarch (George Eliot, 1874) es muy bondadosa y da la espalda a los ricos para ayudar a los pobres, mientras que el conde Drácula de la novela homónima (Bram Stoker, 1897) refleja los peores excesos de la aristocracia.
El estudio dice, en fin, que las novelas victorianas tuvieron la misma función a la hora de conformar nuestro código moral que siglos antes habían tenido los cuentos con moraleja.
¡Si ya lo sabía yo!
Con respecto al desafío que me ha lanzado mi querida amiga Hope, con quien he compartido aula en Estados Unidos y con quien comparto un amor sin igual por los libros y por la cocina (si sabéis inglés o francés, su blog os va a encantar), resulta que tengo que copiar entre 5 y 10 líneas de la página 25 de uno de los libros que esté leyendo en la actualidad. Pues bien, en mi caso se trata de The Yellow-Lighted Bookshop, por Lewis Buzbee (Graywolf Press, 2006), otro bibliófilo empedernido que en esta obra hace un homenaje a las librerías y las bibliotecas mezclando historia, autobiografía, pensamientos y un sinfín de deliciosas ideas para ratones de biblioteca. Ahí va (luego lo traduzco):
While our friendship has gone well beyond our love of books, that love has always been central, and at least for us, it’s impossible to find any boundary between books and life in the world. Today, we see each other maybe six times a year, but talk on the phone once or twice a week. When she calls, it’s always morning and she’s already breathless. “Have you read…?”
What Greta was trying to tell me that night, and ever since, was that the books are right, we are not alone.
Traducción:
Aunque nuestra amistad ha ido más allá de nuestro amor por los libros, ese amor siempre ha sido fundamental y, al menos a nosotros, nos resulta imposible encontrar los límites entre los libros y la vida en este mundo. Actualmente nos vemos unas seis veces al año, pero hablamos por teléfono una o dos veces a la semana. Siempre me llama por la mañana, pero ya está sin aliento. “¿Has leído…?”
Lo que Greta intentaba decirme aquella noche, y siempre desde entonces, es que los libros tienen razón, no estamos solos.
As for the meme my dear friend Hope has tagged me with –we were classmates in the USA and we also share a very deep love for books and food (if you speak English or French, check out her blog, you are going to love it)-, I have to share the 5th-10th lines of the 25th page of one of the books (well, the truth is I just copied a few lines from that page that I liked more than the 5th-10th) that I am currently reading. For me it’s The Yellow-Lighted Bookshop, by Lewis Buzbee (Graywolf Press, 2006), another incurable bibliophile who pays tribute to bookstores and libraries by writing a combination of history, autobiography, his thoughts and many other delicious ideas for bookworms. Here it is:
While our friendship has gone well beyond our love of books, that love has always been central, and at least for us, it’s impossible to find any boundary between books and life in the world. Today, we see each other maybe six times a year, but talk on the phone once or twice a week. When she calls, it’s always morning and she’s already breathless. “Have you read…?”
What Greta was trying to tell me that night, and ever since, was that the books are right, we are not alone.
5 comentarios:
That is a great quote. I'm going to have to read the book!
And I'm glad to know I've read so much Victorian literature, must be why I'm such a noble, upstanding person ;-)
Pense que sense els llibres la meua vida haguera estat diferent, crec que som allò que vivim i llegim, pot ser que la literatura done forma a la societat del moment, però al marge d´això, la referència d´obres com "Cumbres Borrascosas" feta en el post, o dins de la lietartura denominada per alguns romántica, la posterior de M. Mitchell, permetran el naiximent del melodrama, un dels gèneres cinematogràfics que ens donaran a coneixer autors fonamentals com Douglas Sirk, del que beuran Almodovar i Fassbinder.
qué bueno, qué curioso lo apropiado del párrafo que te ha salido... con tu permiso voy a hacer este meme en mi blog también, guapa...
y en los genes no se si estará, pero que ahora estamos educando seres violentos, desarraigados y deshumanizados gracias a no leer y a enchufarlos a tanto videojuego no me cabe duda
Buenoooooo, ahora ya tienes la justificación a tu victoriana adicción. Con la explicación que nos has dado, todo cuadra en ti.
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