viernes, 12 de septiembre de 2008

Palin & cia


He pensado en proponer lo siguiente a mis amigos republicanos: que si dejan de contar mentiras sobre nosotros, nosotros dejaremos de contar verdades sobre ellos (Adlai Stevenson)

La campaña electoral estadounidense me da envidia. Me dan envidia los apasionados debates, el interés con que la gente sigue cada una de las novedades de los frentes abiertos, las polémicas, las convenciones, las chapitas, los caucus, todo. En España -en general, siempre hay excepciones- la política es mediocre, rancia, está compuesta de seres malhumorados y carentes de ideas. Resulta curioso que, en Estados Unidos, luego haya una participación bastante escasa a la hora de depositar el voto en la urna, pero eso forma parte de algo que podemos llamar el código genético yanqui, algo que a quienes vivimos en la Vieja Europa nos resulta difícil comprender: allí (otra vez, en general) se vota en tu pueblo, lo que te interesa es lo que pasa en tu pueblo, en las asambleas en las que participa quien quiera y donde entre todos se decide si se pone un tíovivo en el parque o si la nueva tienda de cómics incumple tal o cual normativa. Esto que yo llamo código genético no es ninguna tontería, porque tiene mucho que ver con las críticas que (al menos en España) siempre estamos dirigiendo contra los norteamericanos. Por ejemplo, nos resulta ridículo que pongan una bandera en la puerta de su casa así como ciertas costumbres que proceden de la religiosidad, sin plantearnos que estamos analizando Estados Unidos mediante nuestras propias convenciones culturales en lugar de abrir nuestra mente y pensar que las personas que allí han nacido y crecido no tienen dichas convenciones. En resumen, en España (una vez más, en general) se es mucho más inflexible cuando se mira hacia Estados Unidos que cuando posamos la vista sobre otras naciones ante las cuales sí que somos capaces de alterar nuestra percepción.

Como todo, como por ejemplo la saña en contra de los anglicismos en el lenguaje (cuando todas las lenguas adoptan palabras de otros idiomas, ya que están vivas y son cambiantes) o el tópico de que en Estados Unidos no hay gastronomía, son cuestiones políticas. Ni lingüísticas, ni alimenticias, ni objetivas. Simplemente políticas.

Aquí nos reímos de Sarah Palin. Jajaja, menuda colgada, es creacionista, qué locura.. Pero más nos valdría tomarnos muy en serio a esta mujer que puede hacer que John McCain, aspirante republicano, gane las elecciones. En cuanto al demócrata, Barack Obama (pronunciado en inglés con el acento en la última a, no en la primera, como he oído a un montón de gente, aunque no sé cómo se pronunciaría originalmente), ya le vale. No sé si Hillary Clinton (a quien tanta gente llama Hillary mientras que al resto les nombran por su apellido, por ejemplo a McCain, o a Obama, cuestión de género, claro) se negó a ser la vicepresidenta, si es que le fue ofrecido, pero podía haber puesto a una mujer en ese puesto para desmasculinizar un poco el percal demócrata, tan lleno de testosterona en los puestos principales. McCain fue más inteligente en esa cuestión y ello le va a granjear los votos de muchas mujeres que solo iban a votar a Clinton por el hecho de ser mujer. Otras dicen, claro está, que las toman por tontas, que McCain se ha pensado que les vale cualquier mujer y que no es así en absoluto. Para gustos los colores.

Y es que las mujeres estadounidenses no son una masa uniforme que piensa de la misma manera, sino que se trata de un colectivo de una gran diversidad tanto racial como sexual, religiosa e incluso cultural. Eso sí, está visto que las preocupaciones de todas ellas trascienden los bandos demócrata y republicano, ya que en todas partes cuecen habas y en ambos partidos el sexismo está a la orden del día.

En mi opinión, está claro que si ganan los republicanos las mujeres saldrán peor paradas, pues son siempre las más afectadas por la falta de educación sexual (Palin está completamente en contra de introducirla en las escuelas) y por la ilegalización del aborto. No obstante, el partido demócrata tampoco se ha quedado corto y con frecuencia las críticas hacia Clinton y hacia Palin (de quien Obama ha dicho recientemente que es "un cerdo que, aunque se ponga pintalabios, sigue siendo un cerdo") han tenido un marcado carácter de género en lugar de un carácter político. Veamos si de verdad, a la hora de ser mujer, hay tantos felices cambios si ganan los demócratas. Ojalá que sí.

Muy recomendable este post sobre Sarah Palin de una de mis blogueras fetiche, Bellota.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ME DAS UN GUSSSTO, HIJA...

Sandra Sánchez dijo...

Hester, un post que a mí personalmente me ha interesado mucho.
Veremos a ver si la doble moral americana (que creo que en este caso no es ningín tópico infundado)está por encima de cualquier elección en las urnas (que mucho me temo que va a se que sí).
Saludos!

farala dijo...

pues yo estaba comiendo con un impresentable cuando nos hablaron de ella por primera vez en el telediario de la uno, y tuve que explicarle qué era el creacionismo y despues de todo me dijo "si, pero qué guapa es"

Marcela dijo...

En política, siempre debemos vigilar qué hacen respecto al feminismo.

Olga dijo...

En los USA, Clinton (ella o él), Rice o cualquier otra/o, no son políticas/os, sino productos comerciales. Es mercadeo, no política. Pero celebro que apuntes la diversidad multicolor en la sociedad americana. De esa conciencia nació el pensamiento que dio lugar a lo queer, que es lo único realmente salvable de la teoría del mismo nombre. Besos.
PD: por cierto, soy nueva bloguera y os he enlazado :)

Sifeliztufueras eva dijo...

Hola Hester!! Muchas gracias por dejar un comentario en mi blog, no conocía el tuyo y me ha gustado mucho, nos seguimos leyendo, besossssssss