Un viaje de mil leguas comienza con un simple paso (proverbio chino)
Hoy es para mí, y estoy segura de que para mucha otra gente, más nochevieja que el 31 de diciembre. El noveno mes se siente como un camino del que solo se puede ver un impoluto comienzo y que más adelante va a retorcerse y bifurcarse de forma insospechada. Eso es lo bueno de la vida, al fin y al cabo: no saber, que cualquier cosa sea posible, levantarse un día normal y que pueda ocurrir de todo. En septiembre esa sensación se acrecienta porque una tiene la impresión de que puede comenzar de cero, de que la vida se renueva tras el verano y nos brinda otra oportunidad.
En estos momentos me encuentro en la patria de mi infancia, una pequeña localidad a orillas del Mediterráneo coronada por un faro el cual, impasible ante las aberraciones urbanísticas de las costas de nuestro país, sigue conservando su majestuosidad decimonónica. Este verano no he tenido vacaciones propiamente dichas, pues casi todos los días me he despertado a las siete de la mañana para trabajar, pero no es lo mismo hacerlo aquí con mi portátil, levantando la vista y posándola en el mar, que en mi Madrid del alma, tan caluroso y polvoriento este verano que apenas sabía dónde meterme. Pues bien, en este puerto de pescadores el ambiente es hoy un tanto melancólico. No hace mucho que amaneció y ya hay familias cargando sus coches con los bártulos que se llevan de vuelta a la ciudad. Se van, el final del verano llegó y tú partirás… La pareja cuya terraza está justo delante de la nuestra se asomaba en bañador cada mañana a fumarse el primer cigarillo. Hoy ambos están vestidos y repeinados. Sombríos, recogen las toallas colgadas en la barandilla y apuran sus últimas caladas. Mañana el café de máquina y el primer e-mail del jefe harán que todo esto quede muy lejos.
Este año, mi nochevieja de verano me pilla con varias emociones en perspectiva, con lo que no temo en absoluto la monotonía.
Para empezar, dentro de doce días me caso con mi bruja… Llegó el momento de celebrar lo muchísimo que nos queremos delante de las personas con las que deseamos hacerlo. Tomaremos un montón de fotos, porque uno de los motivos principales de la fiesta que estamos organizando es poder tener un álbum que enseñarle a nuestros hijos para decirles, mira, esta es tu familia, todo el mundo celebraba que nos amamos, no importa lo que diga la gente, esta es tu familia.
Y es que la segunda de las emociones que nos depara el “año nuevo” es que, tras cinco intentos de inseminación artificial, mi bruja y yo hemos decidido intentar la fecundación in vitro, cosa que haremos después de la boda. Y no sé por qué, pero presiento que ahora sí que va a salir bien y que no tardaré mucho tiempo en daros buenas noticias. Crucemos los dedos. Este proceso está siendo muy duro psicológicamente, pero la recompensa hará que haya merecido la pena.
Laboralmente, también tengo muchísimos proyectos que os iré enumerando. Dentro de unos días sale una nueva novela que he traducido, espero que se venda bien. Además, en breve entrego otra escrita por mí para adolescentes que se publicará en Navidad. No es el libro de mi vida, pues es un encargo basado en una serie de television de bastante éxito, pero me ha ayudado a no dejar de escribir e imaginar. También concluiré la traducción de seis libros de texto con la que llevo todo el año y, ¡por fin!, voy a organizar mi semana para tener dos días, los jueves y los viernes, dedicados por completo a escribir mi novela y no a corregir o traducir las de los demás, cosa que llevo años haciendo y que, aunque se trata de mi sustento, al mismo tiempo conlleva siempre algo de frustración.
Por último, a finales de septiembre llega nuestra estudiante yanqui, una universitaria de veinte años que estudiará un año su carrera en Madrid y se alojará con nosotras. La condición es proporcionarle el desayuno y la cena, esta última en familia, para que practique español, además de una habitación con wi-fi, pupitre y esas cosas. Esto nos ayudará a hacer frente a todos los gastos, pues tener un hijo al estilo lésbico puede llegar a salir muy caro, y quién sabe, con suerte será el inicio de una bonita amistad.
Para todo esto y mucho más, no dejéis de pasaros por La Letra Escarlata que, como véis, este nuevo curso puede resultar una lectura interesante…
¡Feliz año nuevo otoñal!
En estos momentos me encuentro en la patria de mi infancia, una pequeña localidad a orillas del Mediterráneo coronada por un faro el cual, impasible ante las aberraciones urbanísticas de las costas de nuestro país, sigue conservando su majestuosidad decimonónica. Este verano no he tenido vacaciones propiamente dichas, pues casi todos los días me he despertado a las siete de la mañana para trabajar, pero no es lo mismo hacerlo aquí con mi portátil, levantando la vista y posándola en el mar, que en mi Madrid del alma, tan caluroso y polvoriento este verano que apenas sabía dónde meterme. Pues bien, en este puerto de pescadores el ambiente es hoy un tanto melancólico. No hace mucho que amaneció y ya hay familias cargando sus coches con los bártulos que se llevan de vuelta a la ciudad. Se van, el final del verano llegó y tú partirás… La pareja cuya terraza está justo delante de la nuestra se asomaba en bañador cada mañana a fumarse el primer cigarillo. Hoy ambos están vestidos y repeinados. Sombríos, recogen las toallas colgadas en la barandilla y apuran sus últimas caladas. Mañana el café de máquina y el primer e-mail del jefe harán que todo esto quede muy lejos.
Este año, mi nochevieja de verano me pilla con varias emociones en perspectiva, con lo que no temo en absoluto la monotonía.
Para empezar, dentro de doce días me caso con mi bruja… Llegó el momento de celebrar lo muchísimo que nos queremos delante de las personas con las que deseamos hacerlo. Tomaremos un montón de fotos, porque uno de los motivos principales de la fiesta que estamos organizando es poder tener un álbum que enseñarle a nuestros hijos para decirles, mira, esta es tu familia, todo el mundo celebraba que nos amamos, no importa lo que diga la gente, esta es tu familia.
Y es que la segunda de las emociones que nos depara el “año nuevo” es que, tras cinco intentos de inseminación artificial, mi bruja y yo hemos decidido intentar la fecundación in vitro, cosa que haremos después de la boda. Y no sé por qué, pero presiento que ahora sí que va a salir bien y que no tardaré mucho tiempo en daros buenas noticias. Crucemos los dedos. Este proceso está siendo muy duro psicológicamente, pero la recompensa hará que haya merecido la pena.
Laboralmente, también tengo muchísimos proyectos que os iré enumerando. Dentro de unos días sale una nueva novela que he traducido, espero que se venda bien. Además, en breve entrego otra escrita por mí para adolescentes que se publicará en Navidad. No es el libro de mi vida, pues es un encargo basado en una serie de television de bastante éxito, pero me ha ayudado a no dejar de escribir e imaginar. También concluiré la traducción de seis libros de texto con la que llevo todo el año y, ¡por fin!, voy a organizar mi semana para tener dos días, los jueves y los viernes, dedicados por completo a escribir mi novela y no a corregir o traducir las de los demás, cosa que llevo años haciendo y que, aunque se trata de mi sustento, al mismo tiempo conlleva siempre algo de frustración.
Por último, a finales de septiembre llega nuestra estudiante yanqui, una universitaria de veinte años que estudiará un año su carrera en Madrid y se alojará con nosotras. La condición es proporcionarle el desayuno y la cena, esta última en familia, para que practique español, además de una habitación con wi-fi, pupitre y esas cosas. Esto nos ayudará a hacer frente a todos los gastos, pues tener un hijo al estilo lésbico puede llegar a salir muy caro, y quién sabe, con suerte será el inicio de una bonita amistad.
Para todo esto y mucho más, no dejéis de pasaros por La Letra Escarlata que, como véis, este nuevo curso puede resultar una lectura interesante…
¡Feliz año nuevo otoñal!
En esta vida hay que mojarse...
13 comentarios:
Feliz año nuevo otoñal!! Como digo yo siempre: ¡¡Hester, este va a ser nuestro año (otoñal en este caso)!!(nosotras llevamos 3 IA negativas).
Hace poco lei un libro de Eduardo Punset, que me gustó mucho por cierto, donde decía que la felicidad se encuentra en la antesala de la felicidad. A mi esa frase me ha encantado. Los comienzos, los planes de futuro, el camino, hay que saborearlo todo, porque no se sabe cuando llegaremos a la meta y posiblemente la felicidad se encuentre mucho antes.
Bss
Corroboro lo dicho por AE. También leí no el libro si no el blog de Eduard Punset y que "la felicidad está en la antesala de la felicidad".
Este año nuevo de otoño se te presenta abarrotado de felices proyectos. Disfrútalos ahora, porque cuando sean realidades generarán nuevos felices proyectos.
Un beso.
Yo también estoy de último día antes de LA VUELTA AL COLE... y con muchas ganas de vivir el otoño y poder seguir compartiendo con vosotras todo lo que vendrá... Besitos a las 2. Mentxu
Ánimo y mucha suerta con la in vitro, sé cuánto se pone en juego, el deseo, las expectativas, la hormonación que te trostocas bastante los nervio, el seguimiento...uff pasé dos veces por todo eso y no lo repetiría.. pero te deseo toda la suerte del mundo..
MMmmmmm, mojarnos... eso, eso... ;)
Después de leerte durante tantos años, la lectura de tu blog es una de mis mejores costumbres diarias. Te seguiré siguiendo.
Hester!...12 dias!, que emoción!. Todos esos proyectos iran llegando, seguro...te diste cuenta en el faro,no?...YA ESTAS EN LA ANTESALA, FIJO!!!
Besote!
Hester, tu entusiasmo es contagioso. Y la foto, desde esta noche madrileña calurosa,, de lo más refrescante.
Cruzaremos los dedos. Todo saldrá de maravilla.
A mi aun me queda una semana de estas interminables vacaciones, creo que en esta épocas a todos se nos viene igual lo de los planes, solo que a tu tienes unos cuantos eventos transcendentales!!!
Seguiré pendiente de todo. Besos
¡Guau! Doce días no es nada. ¡MUCHAS FELICIDADES! Son grandes cosas las que empiezan, os deseamos todo lo mejor para que terminen con sobresaliente. Un abrazo.
Hester, he buscado tu mail aqui, porque necesitaba comentarte un tema personal, vamos, un favor que necesito. Como no he visto nada, por si acaso te dejo el mio (lauraheit@yahoo.es). Si puedes y tienes tiempo, me escribes y te cuento. Sin compromiso.
Beset.
Me has contagiado tu alegría.
¡Felicidades! y definitivamente, hay que mojarse.
Pues sí Hester, muchas de nosotras ya estamos de vuelta al curro y es un horror. De todos modos, este año recibo septiembre con ganas e ilusión porque mi hermana plasta y bollerón como yo se casa con una bruja de la que es un placer ser cuñada.
Hasta pronto sis!
¡Muchas gracias a todas por los buenos deseos!
Lau, mi e-mail es prynne.hester@gmail.com. Siento si tardo en responderos a veces, intento hacerlo lo antes posible...
BESOS
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