
Mañana será demasiado tarde (Marjane Satrapi)
Marjane Satrapi, autora de la novela gráfica y autobiográfica Persépolis, así como de otros comics altamente recomendables, convocó ayer una rueda de prensa en el Parlamento Europeo para emplazar a la comunidad internacional a que no acepte la reelección del radical Mahmud Ahmadinejad. Satrapi dice que “lo que ha sucedido en Irán no es ni siquiera un fraude, es un golpe de estado”.
Así, la artista presentó un documento del ministerio del interior iraní en el que aparecía un recuento de votos que daba como claro vencedor a Mir Hosein Musavi, candidato apoyado por los sectores más reformistas de Irán, como son los jóvenes y las mujeres. El documento establece "que el número de votos para Musavi es de 19.075.723, para (Mehdi) Karubi, 13.387.104, y para Ahmadinejad 5.698.000: eso es todo. Representa el 12% de las papeletas, no el 62%" del apoyo anunciado al presidente iraní, afirmó. “Reconocer la legitimidad de Ahmadinejad significa no reconocer la legitimidad del pueblo iraní.”
Irán es la única república islámica (o de cualquier religión) del mundo, régimen que se estableció en 1979, tras las revueltas populares contra el sah que tan bien retrata Azar Nafisi en Leer Lolita en Teherán. Esto significa que el líder supremo de Irán (actualmente, Alí Jamenei, y el más famoso, el ayatolá Jomeini) es el equivalente al jefe de Estado. Es una figura religiosa que ostenta la autoridad máxima en cuestiones políticas y religiosas. Después del líder supremo, la figura más importante es la del presidente, jefe del Ejecutivo y responsable de que la Constitución islámica sea obedecida.
Mahmud Ahmadineyad es presidente de la República Islámica de Irán desde 2005, y anteriormente fue alcalde de Teherán. Es un conservador islamista que niega el Holocausto judío, cosa realmente absurda a estas alturas. También niega que haya homosexuales en Irán, “no existe ese fenómeno”, añade.
Su victoria electoral ya fue cuestionada en 2005, pero ahora ha sembrado aún más dudas. La gente se ha echado a la calle y la represión policial ha sido sanguinaria, saldándose con varios muertos. Ahmadineyad no permite a la prensa extranjera recoger testimonios gráficos de lo que está sucediendo aunque en la era de Internet le está resultando muy difícil contener los twitters, blogs, youtubes y demás plataformas de libertad de expresión.
Marjane Satrapi se ha atrevido a alzar la voz pese a los riesgos que corre por hacerlo. La comunidad internacional, especialmente quienes están en el poder, no deberían quedarse con los brazos cruzados. Tendrían que exigir transparencia de modo que por fin Irán pueda avanzar hacia la democracia y la igualdad de los sexos, así como relegar la religión al ámbito privado.