
La mejor escuela de los niños es el regazo de sus madres (James Russell Lowell)
Las mujeres lesbianas que estáis pensando en ser madres podréis encontrar en este post la información básica para poneros manos a la obra. Os deseo toda la suerte del mundo. La perspectiva desde la que escribo es la de una mujer española, porque son las leyes que conozco. A las lectoras de La Letra Escarlata de otros países, os agradecería mucho que nos pudieseis dar la información en la sección de los comentarios, así esta sería más completa.
Tristemente, la adopción internacional es prácticamente imposible para las parejas del mismo sexo. Está visto que hay quienes prefieren que los niños se pudran en orfanatos antes de dárselos a personas LGTBQ. Antes, lo que una hacía era adoptar como madre soltera y, pasado el periodo de prueba que estipulaba el país de procedencia del niño, su pareja iniciaba el trámite de adopción. Actualmente, las mujeres solteras apenas pueden adoptar en ningún país (y no digamos ya los hombres solteros, que lo tienen aún más difícil). No obstante, si esta es la opción que preferís para ser madres, mi recomendación es que os informéis de qué países admiten la adopción por parte de personas solas. Lo último que he oído es que ahora solo se podía en Brasil y en Burkina Faso, pero estas leyes son muy cambiantes. Mi bruja y yo iniciamos estos trámites teniendo en mente Etiopía. El documental de ocho capítulos Hijos del corazón nos llegó al alma y fuimos a la primera reunión informativa. Cuando ya estábamos llenas de ganas y esperanza, Etiopía dejó de permitir la adopción por parte de mujeres solteras. Personalmente, ha sido una experiencia bastante dura que me dejó muy triste.
Con respecto a la adopción nacional en España, esta es completamente legal tanto para parejas heterosexuales como homosexuales, puesto que aquí tienen los mismos derechos en todos los aspectos. Las personas solteras también pueden optar a la adopción nacional, pero el porcentaje de niños destinados a ellas es menor. La pega de la adopción nacional es que el periodo de espera tanto para que abran las listas, cosa que se ha hecho recientemente, como para que posteriormente te asignen un niño es de años y años.

La opción más rápida es la de un tratamiento de reproducción asistida. Éste puede realizarse sin coste alguno a través de la Seguridad Social, puesto que por ley las personas LGTBQ pueden acceder a este tipo de servicios. Si se realiza, pues, a través de la sanidad pública, el periodo de espera puede ser largo, quizás un año o más.
La reproducción asistida en una clínica privada es costosa. La mayoría de ellas ofrecen la opción de que te hagas un seguro privado para que las pruebas médicas no cuesten dinero y cada intento tenga una rebaja.
Una mujer que va a una clínica de reproducción asistida para ser madre primero ha de pasar por una serie de pruebas médicas para determinar si tiene algún tipo de problema para quedarse embarazada. Estas pruebas consisten en análisis de sangre, ecografías, citologías y ese tipo de cosas. También te pueden mandar una histerosalpingografía para determinar si tienes las trompas de Falopio obstruidas. Una vez se tienen los resultados, la doctora o el doctor le recomendarán cuál es el método adecuado para ella.
Hay diversas técnicas de reproducción asistida. La que suelen mandar a las mujeres sin ningún tipo de problemas es la inseminación artificial, que puede ser homóloga si el donante de esperma es su pareja o heteróloga si el donante de esperma es anónimo. En España, por ley, el donante de esperma es completamente anónimo y la/s madre/s no pueden elegir nada, como en otros países, cosa que a mí personalmente me parece muy bien. Los únicos datos que te toman es la raza de la/s madre/s, color de pelo, peso, etc, para que el hijo parezca el resultado biológico de las dos. Vamos, que no puedes decir: quiero un hijo mulato, a no ser que tú o tu pareja seáis negras. Además, en algunos casos a la madre le recomendarán la hormonación y en otros le sugerirán que intente primero el embarazo espontáneo (sin hormonación), depende de las dificultades que pueda tener.
Volviendo al donante, es fundamental que la/s futura/s madres nunca lo llamen padre y empiecen a educar a sus familiares y amigos para que tampoco lo hagan. No es un padre, es un donante, completamente anónimo y que nunca va a ejercer como progenitor de nadie. Creo que esto es importante para la salud mental del niño que va a nacer.
Otras técnicas son la fertilización in vitro (fecundación de los ovocitos con los espermatozoides en el laboratorio en lugar de en el cuerpo de la mujer) o la recepción de óvulos (introducir un óvulo de una mujer en el cuerpo de otra). Evidentemente, yo no soy ginecóloga, así que para cualquier consulta de técnicas de reproducción asistida os recomiendo que os dirijáis a estas clínicas. Suelen cobrar la primera visita (alrededor de 100€, puede ser más), por lo que si no tenéis recursos es mejor ir a la Seguridad Social.
En cuanto a los precios, estos pueden variar, pero para una inseminación artificial normal y corriente es de alrededor de 900€. La fecundación in vitro y el resto de las técnicas son aún más caras.
Es importante que las parejas de mujeres conozcan la legislación para la filiación automática de los bebés con dos madres, es decir, para ir al Registro Civil y apuntar en el libro de familia al bebé como hijo de dos madres sin importar cuál sea la biológica y cual sea la del corazón, como la llamo yo. En caso de que no hagan esto desde un primer momento, el bebé solo constará como hijo de la biológica y la otra tendría que iniciar un proceso de adopción. La FELGT ha editado una guía para hacer esto que podéis descargaros aquí. Os resumo que, en España, para que un bebé quede registrado como hijo de dos madres estas deben estar casadas y deben haber hecho un proceso de reproducción asistida en una clínica homologada (nada de métodos caseros con el esperma de tu mejor amigo y una aguja de rellenar el pavo). Las dos mujeres casadas han de presentarse en el Registro Civil con el libro de familia, el parte de alumbramiento (una hoja amarilla que te dan en el hospital cuando das a luz), el documento que acredita la reproducción asistida y sus carnets de identidad.
Cuando yo tenga algo que contar, os relataré mis experiencias con la maternidad en La Letra Escarlata, por supuesto, pero mientras tanto os remito a unos entrañables blogs donde encontraréis vivencias de primera mano a este respecto, que además os ayudarán a sentir que no estáis solas:
Abrazo gigante
BabyBoom
Deseando y esperando
Dos lesbianas, nueve meses y una nueva vida
Dos mamás
Dos mujeres, un niño y lo que venga
En busca de lo naranja y verde
Las dos mamis
La suma de nosotras es Daniel
Ma+Ma
Madres lesbianas, una realidad
Mamás de dos en dos
Mamás lesbianas y bebé
Mis mamás me miman
Mónica, yo y nuestros mellizos
Poniéndole la guinda a la relación perfecta
Si escribís o conocéis un blog de esta temática que yo no haya mencionado, os agradecería que lo recomendaseis en los comentarios.
Otra cosa de la que os daréis cuenta cuando iniciéis vuestro proceso de maternidad (ya sea por adopción, inseminación o cualquier otro método, cada uno de ellos es muy distinto pero todos son igual de especiales) es la cantidad de consejos que recibiréis por parte de gente que nunca ha pasado por algo así. No dudo de que muchos de estos sean bienintencionados, pero llega a hartar que todo el mundo pretenda saber de todo y que la gente hable sin tener ni idea. Por eso os he querido escribir este post que resume lo básico que hay que saber y por eso mi consejo es que os informéis de primera mano, nada de a través de consejitos de aquí y allá, sino que acudáis a los lugares donde os contarán objetivamente lo que debéis saber.
Una vez más, ¡mucha suerte y mucho ánimo! La recompensa es tan grande que el desgaste (económico, pero también emocional) acaba mereciendo la pena.