viernes, 12 de diciembre de 2008

Navidad en La Letra Escarlata


Ojala pudiesemos meter el espiritu de navidad en jarros y abrir un jarro cada mes del año (Harlan Miller)

Pues a mí me encanta la Navidad. Es que me encanta, no puedo evitarlo ni quiero. Mucha gente se desespera a causa de la religiosidad hipócrita o del materialismo excesivo de estas fechas y yo digo: ¿por qué vamos a dejar que las instituciones religiosas o el capitalismo se queden con estas fiestas? Reclamémoslas, arrebatémoselas, devolvámoselas a la gente de la calle.

Yo no soy religiosa, así que esa parte me da igual. De hecho, tantos elementos navideños tienen un origen pagano que no nos lo podemos ni imaginar. Por poner un ejemplo, la costumbre del árbol de Navidad la inventaron las tribus germánicas que vivieron en Europa antes de Cristo. De todas formas, el hecho de que muchos otros símbolos de estas fechas tengan un origen religioso, como Papá Noel (que mucha gente considera una costumbre yanqui, igual que Halloween, craso error, pues el hombre barbudo está inspirado en un obispo cristiano de Turquía que vivió en el siglo III, al igual que Halloween viene de una costumbre celta) o la propia conmemoración del nacimiento de Cristo, ¿qué más da? Cada cual celebra lo que le apetece.

Con respecto a los centros comerciales atestados y el consumismo excesivo y terrorífico de estas fechas, yo digo: tampoco es necesario. Regalar es bonito, pero un regalo que se convierte en obligación pierde su magia, su energía positiva. Quizá sea mejor dedicar las vacaciones a encontrar formas creativas de regalar sin gastar tanto dinero. Os lo dejo a vuestra elección, aunque intentaré dar alguna que otra idea estos días en que La Letra Escarlata se pone de fiesta.

Porque La Letra Escarlata se pone de fiesta, sí. A mí cualquier celebración me gusta, que la vida si no sería muy monótona. Estas son las cosas con las que yo me quedo en Navidad:

--Las vacaciones, por supuesto. Días libres para leer, escribir, estar con mi gente… El mejor regalo.

--Cocinar, que ya sabéis que me encanta y en estas fechas hay muchas ocasiones para hacerlo, así como deliciosos platos especialmente diseñados para las fiestas. Estos días os daré alguna receta.

--Las reuniones. Como en el famoso anuncio del turrón, viene gente que estaba fuera, te reúnes con familiares y amigos a quienes no tienes tanta ocasión de disfrutar durante el año, todo el mundo se pone cariñoso y divertido.

--La decoración. ¡Con lo que me gusta a mí hacer manualidades!

--Los niños. La cara que se les pone estos días de emoción, solo con ese brillo especial en los ojos ya merece la pena el caos que inevitablemente acompaña a las celebraciones.

--La Nochevieja, esa sensación de cuaderno en blanco, de tener delante de ti todo un año nuevito, a estrenar para intentar hacer de él una obra de arte.

En fin, que espero que no os pongan tristes estas fechas, ni las odiéis. En este caso, a lo mejor os puedo ayudar a mirar la cara amable de la Navidad y si no, os aconsejo que no os paséis por aquí en un par de semanas…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta ver gente que disfruta de verdad...

Alégrame la navidad y quedamos para ese cafééééééééééééé!!!!!!

Besotes

Olga dijo...

Comprendo y comparto tu visión pagana de la Navidad, aunque me las suelo tomar con menos pasión. Jate tú, en mi nuevo trabajo, me toca pasar la noche del 25 al 26 y del 31 al 1 custodiando maquinaria pesada en una mina, y te aseguro que me importa poco. Eso sí, me he pedido la noche del 24 para reunirme con mis padres y herman#s, intercambiar regalos baratos (hace muchos años que competimos a ver quién hace el regalito más molón y a menor precio), y comer paleta ibérica :-)
Besos y felices y lésbicas fiestas :-)

dintel dijo...

Pues a disfrutar se ha dicho!!!!! Voy a por un kilo de muérdago y el disfrute vendrá después... ;)

Anónimo dijo...

Lo que se aprende contigo Hester!!