¿Has encontrado a Dios? Pues si en treinta días nadie lo ha reclamado, te lo puedes quedar.
El concurso de mi querida Farala –un concurso de fotos de Comunión de las blogueras bolleras cuyo título lo dice todo: ¡¡¡Era pequeña y estaba indefensa!!!- me ha tentado demasiado como para no participar. Estaba viendo las fotos de las demás participantes y me he reído un montón. Sois las mejores, chicas, la verdad es que me encanta el buen humor imperante en esta sección tan endogámica de la bollosfera, y que conste que no lo digo a malas, se trata de una pequeña comunidad (de amigas virtuales) dentro de otra comunidad (la de blogueras lesbianas) que está dentro de una tercera comunidad (la de autoras/es de blogs) y que en lo que a mí respecta, me resulta deliciosa.
Aquí tenéis mi fotografía, un poco decorada porque yo soy así de rococó. Fijaos en mis enormes dientes que muchos años de aparato lograron que se parecieran un poco menos a los de Bugs Bunny. Si prestáis atención os podréis percatar de que estoy despeinada, me falta un pendiente, tengo un poco de tarta en la barbilla, mi cinturón está retorcido y el traje –que me hicieron las monjitas que vivían al lado de mi casa y a las que yo reverenciaba, cómo es la vida- está bastante arrugado. Todo ello fue resultado de una intensa pelea con mi primo Pedrito tras la cual mi madre me dijo que me había portado fatal justo el día de mi Primera Comunión y que a lo mejor entonces ni valía porque Jesusito lo veía todo y estaría muy disgustado.
A ver, cómo explicároslo, Jesusito para mí era un personaje terrorífico, pues me decían: “A lo mejor yo no te veo, pero Jesusito sí, Jesusito lo ve todo.” Esa amenaza celestial estuvo siempre presente en mi infancia.
Jesusito, tal y como me lo imaginaba yo, era un niño dulce y regordete, una especie de Cupido con la cabeza llena de bucles, pero al mismo tiempo se trataba de un ser diabólico que pese a su corta edad lo comprendía todo. Estaba por todas partes, era invisible, y luego se chivaba a Dios de mis fechorías infantiles con el fin de que yo ardiese en el infierno por toda la eternidad. Qué rico, el niño, ¿no?
Pues nada, en el día en que conmemoramos su nacimiento, os dejo esta foto de una niña católica que acabaría siendo una infame lesbiana con muchos cunnilingus que ofrecer.
10 comentarios:
jajjajaaa, es genial, la foto y los comentarios. El Jesusito era un peligro, todo lo veía el muy...de todas formas, siento decirte que el premio lo tienes difícil, ajajjaa.
jajajaja ...con muchos cunnilingus que ofrecer! jajaaja si es que tuvo algo bueno la iglesia sobre nosotras fue ésto, querida Hester. jajajaja
Yo también adoraba a las monjitas que estaban al lado de mi casa. Le pedía a mi madre que me metiera en ese colegio!! jajajaajaja Y ahora lo entiendo: era un colegio sólo de chicas!! ajajjajaja lo que yo imaginaba más cercano al paraíso... jajajja. En fin, ya hemos crecido.
Yo, por el comentario del cunnilingus te daba el premio! jajajaja
Un saludo
Joé! deberías patentar ese modelo de foto para los "recordatorios" de la comunión...jaja...qué bueno!
buenísima la foto, la descripción, el decorado y la historia
felicidades!
Fantástica la foto y el texto!!!
Pero por favor dime de quién es la frase inicial. Si es tuya dime como citarla si la utilizo alguna vez. Es absolutamente genial!!!
Jajajaj, gracias a todas.
Querida Lizzy,la frase no es mía, la traduje de esta web:http://www.quotegarden.com/god.html, pero como ves, pone "author unknown." ¡Besos!
Me has hecho reír y pensar, como siempre. Hace ya tantos años que te leo, que muchas veces me da la impresión de conocerte.
No ofrezcas tanto que tendrás lista de espera... ;)
Jajajja... dintel.
ja ja ja ja tendriamos que haber ido el domingo a colón....
He vuelto a la blogosfera (una vez mas), y como siempre, es un gustazo leerte. Además tengo ganas de copiar tu decorado y cambiar tu foto por la mía para ponerla en un portarretratos en algun lugar privilegiado...
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