jueves, 2 de abril de 2009

Holley Mangold

Si me vieras caminando por la calle pensarías: ‘Vaya, esa chica probablemente esté sin aliento y se dirija a comer al McDonald’s.’ Me encanta estar cachas y enseñárselo al mundo (Holley Mangold)

Holley Mangold, universitaria de primer curso, lleva toda la vida rompiendo barreras y abriendo puertas para las jóvenes deportistas que, siendo chicas, tienen que demostrar el doble que sus compañeros, además de convencer al mundo de que su juego no es de segunda categoría. Y es que en el deporte, las mujeres son muchas más veces animadoras o caras bonitas para poner a los lectores de prensa deportiva a tono que verdaderas deportistas. Y no porque no las haya, sino porque los medios de comunicación suelen mostrar únicamente el lado sexista, rancio, ruidoso y maloliente del deporte.

Hace poco, en el programa El Intermedio (La Sexta), sacaron unos archivos de sonido de programas de radio tanto de la COPE (el de José Antonio Abellán) como de la Ser en los que los cronistas deportivos se despachaban de lo lindo con que si no se qué tenista estaba buenísima y otras perlas por el estilo. En fin, esto es tan solo un ejemplo de cómo está el patio.

Y en un contexto así, o incluso peor, porque estamos hablando de fútbol americano, un deporte de contacto rudo, podríamos decir incluso violento, de los más competitivos del mundo y eminentemente masculino, surge una adolescente llamada Holley Mangold que encima es gorda, bien gorda. Gorda y maravillosa, poderosa, fuerte, flexible, energética, increíble.

Holley Mangold es la primera mujer en entrar en un equipo de fútbol americano profesional. Nunca quise ser una de las chicas que van a ver los partidos, comenta.

Sus compañeros de equipo explican que no la ven como a una chica en el equipo, sino como una jugadora más. Se lo ha tenido que ganar a pulso, pues ni su familia la apoyaba en un primer momento.

--Pero las chicas no juegan al fútbol –le dijo su madre, escandalizada.

--Pues yo sí –respondió ella, testaruda.

De hecho, Holley se introdujo en el fútbol americano porque su hermano Nick Mangold también era jugador, así que pudo tomar prestado su equipamiento para aprender sola. Actualmente ha superado cualquier récord que Nick haya conseguido (y no en una categoría femenina, pues esta no existe, sino en la masculina), por lo que Nick ha decidido convertirse en su entrenador para apoyarla siempre. El muchacho comenta: A veces van a ver a mi hermana jugar como quien va al circo a ver a un hombre con tres piernas, o algo así, como si Holley fuera una rareza con fecha de caducidad. Eso es contra lo que tiene que luchar… es una jugadora de fútbol, no un espectáculo.

Y no solo una jugadora de fútbol, pues también es atleta y levantadora de pesos. En ambas categorías ha recibido numerosos premios.

En España eso del fútbol americano no tiene muchos adeptos, pero lo que deseo reflejar con este post es lo que esta joven prometedora simboliza para todas nosotras y sobre todo para todas las niñas a quienes les dicen desde pequeñas (o se lo dan a entender) que no pueden hacer tal o cual cosa porque es de chicos.

Y una mierda.

5 comentarios:

Ana Mar dijo...

Olé sus ovarios por no dejarse intimidar por el medio y mira que no es fcil en un deporte tan pero tan masculino y animal como considero al futbol americano ya que siempre me ha parecido como una manada de bovinos peleando para ver cual es el mas fuerte de la manada. Mientras ella sea feliz que se ponga el mundo por montera.
Bss
Aqua

kali dijo...

hola Hester!! acabo de abrir un (otro) blog y me gustaría que te pasaras. compartimos algunas aficiones y nos presentó (según sus propias palabras) la explosión rubia de chamberí.

maslama dijo...

hola guapa;
precioso post, me ha hecho sentir bien.. ojalá no tengamos que escuchar nunca más lo que una mujer puede o no puede hacer :)

besos,

Tina dijo...

Si Hester, y una mierda!!!!!!!!!

dintel dijo...

Me uno a... y una mierda!!!